miércoles, 31 de diciembre de 2014

No tengo otro destino

No tengo otro destino que el aroma
de tu cuerpo temblando junto al mío
y sentir el ansiado escalofrío
de la venda de amor que  al aire asoma.

No tengo otro remedio que la toma
del corazón que fluye como un río
y me lleva a los pies del desvarío
de tu soga de amor que al viento doma.

Me acercaré a tu pecho que provoca
y no podré errar aunque tú falles
pues te llevo en el alma que te invoca.

No podré caminar sin los detalles
que circundan la llama de tu boca;
te escucharé, mi amor, aunque te calles.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.