No fui al Rocío y por lo que pienso ahora, sé que no iré nunca, no quiero ver la cara de esos brutotes que asaltan a la Virgen como si les perteneciera en caso de morir y vivir de nuevo para siempre, en caso de ser virgen.
Pero me quedo con Triana. Quedé prendado con el grupo andaluz cuando tenía 17 años, y ahora pasan años sin que los escuche. Pero estuvo bien el idilio mientras duró y se mantenía. Alentados por el Amma Immi de las Grecas y el misticismo drmático y con duende de Lole y Manuel, sembraron de semillas asombrosas el panorama del rock sinfónico español, en este caso fusionado con el flamenco del bueno, olvidado y postergado sin justificación. Yo que soy rockero lo reclamo, también los prados de Pan se rocían con almíbar.
Jesús de la Rosa era un elegido, de su pluma salieron maravillas inolvidables; El lago, Tu frialdad, Rumor, Todo es de color, y la mejor de todas para mí; Recuerdos de una noche (Bulerías 4x 8).
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.