No tengo demasiado bien considerado al grupo zaragozano Héroes del Silencio, aunque admiro su éxito y que sus seguidores lo consagren como una leyenda inextinguible. Me remito a lo que ya escribí en una entrada publicada el diez de este mes y dedicada a Enrique Bunbury. Es una pequeña ventaja eso de no cobrar por lo que escribo, puedo decir lo que siento, sin faltar al respeto, pero faltando menos a la verdad de lo que pienso. Pero una canción como La chispa adecuada redime, entre las cinco mejores de la historia de nuestro rock. Ahí queda.
Héroes del silencio no fueron, siguen
sin serlo, uno de esos grupos que me gusten, hablaba sin parar,
fascinado por la creatividad de Calamaro, de todas las virtudes de Los
Rodríguez como ese algo que para mí les faltaba, o del misticismo un
tanto inocuo y demasiado efectista, o el lenguaje excesivamente
metafórico que, desde mi punto de vista, les sobraba como banda de rock
que eran. Pero quedé prendado con uno de sus cantos del cisne; La,
mítica, Chispa adecuada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.