domingo, 14 de diciembre de 2014

Dos buenos amigos tirándose los trastos

       A Esteban Granado, por su independencia de artista entre poetas encorsetados. Sé que, a poco que los vientos nos protejan de la inmovilidad, acabaremos siendo dos buenos amigos. 



Este lamento vuela por mis venas,
y no sabe arrancar otro gemido
que no sea la hiel de tus condenas,
clavado va en mi aliento y mi latido.

Lleva a mi corazón cansado penas
de un desgarro de amor ronco y perdido
que me habla de ti , de las cadenas
que arrastran a la noche de tu olvido.

Este lamento no encuentra salida
si no coge tu mano y tu cintura,
camina hacia el dolor en tu partida

y se abraza a la estrella más oscura,
si no siente tu voz llora la herida
del ruiseñor que muere en la espesura.

Esteban 24 de Febrero de 2013

       Al tratarse de uno de los acentos principales del verso, me parece bien no hacer la sinalefa en "me_habla", en el séptimo verso, pero, en el tercero, sí que creo que sobra una sílaba, ya que hay que forzar demasiado para considerar una sola sílaba el grupo "sea_el". Aunque en esto de las sinalefas..., el autor manda. Por ejemplo, yo no estoy de acuerdo en no hacerlas con comas por medio, incluso cuando hay un punto y seguido. Todo depende del verso en concreto de que se trate. Hay que analizar cada verso independientemente, y la licencia que a uno le puede ir bien, puede ser contraproducente en otro. El secreto está en la flexibilidad. 

         Recuerdo que, hace muchos años, en un foro alguien me decía que el mero hecho de presentar una sinalefa, ya convertía un soneto en "impuro". Creo, pues, que el soneto perfecto del que tantos hablan, si existe, debe ser una especie de monstruo de Frankenstein, mucho menos emocionante y bello que sus primos imperfectos y cuajados de aviesas licencias poéticas.

       En cuanto al soneto, pues sí, se inscribe en la corriente principal de los poemas de amor; romántico y bien conseguido.




  1.        Nunca me ha gustado la perfección, Esteban, y he llevado este principio a tal punto, que ni siquiera me gusta que algo parezca perfecto aunque no lo sea. Uno de los momentos más emocionantes en la historia del arte me pareció aquél en que los arquitectos del Partenón determinaron no guardar la simetría de las columnas para que así lo pareciera cuando se contemplara el conjunto desde el lugar que ellos habían elegido como el ideal para hacerlo. Seguramente no lo consiguieron, pues perseguían un sueño imposible, pero casi nadie lo advierte y enseña con orgullo esas fotografías en las que el templo muestra la supuesta armonía.

           Particularmente este soneto es el que más me gusta de los pocos que he escrito, aún reconociendo que en él se puede dar el fallo menos perdonable con diferencia de todos ellos y hablar de licencia podría ser hacerle un favor a quien lo ha escrito; las dos posibles sinalefas que se dan antes de lo que yo he querido hacer pasar por una sexta sílaba y rigurosamente sería una séptima y por lo tanto el verso un dodecasílabo, son tan insostenibles que habría que tener mucho valor y pocos conocimientos para hacerlo. Pero, Esteban, y es solo una sugerencia de alguien que, erróneamente, nunca le ha dado demasiada importancia a estas cosas, ¿y si entre dos sinalefas muy forzadas se hubiera conseguido con naturalidad casi una?

           Un abrazo, Esteban, ya sabes como aprecio tus opiniones, y es por eso que cuando pueden implicar unas diferencias , me lo piense tanto que tarde mucho en contestarlas.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.