jueves, 11 de diciembre de 2014

Barbara - La marche nuptiale


      

       Bárbara tenía un aspecto algo siniestro, aunque podría haber sido una mujer atractiva, prefirió dejarlo ahí, escapar por la puerta de atrás, ir vestida como un rate de cave. Una chica existencialista cuando no lo era rigurosamente aunque una de sus mejores composiciones, La solitude, podría ser interpretada como un himno de este movimiento. Es posible que la causa principal de su desapego a los baños de multitudes fuera una confesión que hizo tardíamente en sus memorias; había sufrido abusos sexuales por parte de su padre. 

   Su voz prodigiosa que conservaba un tono melodioso y conmovedor en los registros más altos llenó canciones de su autoría, pero quizás donde pudo recurrir con más acierto a su ayuda fue en las canciones de Brel y Brassens. 

       Quienes conocen superficialmente a Brassens, suelen recurrir al tópico de su monotonía, lastrado por la falta de orquestación, la mayoría de las veces solo se acompañaba de guitarra y contrabajo, pero no hay nada más lejos de la realidad, fue un mago en recoger aires de todos los vientos. Su marcha nupcial, muy querida por él, ya que narra la boda de sus padres, el bueno de Georges, para dejar bien claro su posición hacia el matrimonio, le dio una cadencia de marcha fúnebre. La versión de Barbara es tan maravillosa que yo la escucho alternándola con la de su autor.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.