Yo más que amigos, como todo el mundo poquísimos, tengo cuñados y ex-cuñados. He intentado reunirlos a todos para una alegre y merecida celebración y uno me ha fallado. Solo uno de todos ellos se me muestra izquierdista. ¡Qué me perdonen hoy los otros, tú sabes que los quiero mucho, pero aquí y ahora va por ti, Fali!
¿Por qué sigue habiendo ese poso anti-democrático tan grande en la
derecha española? Propongo la lectura del ensayo de mi llorado Javier
Tusell, La oposición democrática al Franquismo, para encontrar una
derecha totalmente integrada en el juego de la voluntad voluble del
pueblo y en el recuento limpio de las urnas.
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.