No me gustan las Navidades, hay un trauma infantil de
despertar a la muerte detrás de ello, hay una representación de la eterna
ausencia de un ser querido. Las soporto como un lunes larguísimo, tampoco me
gusta el Año Nuevo, me gustaba de joven porque me sentía francamente bien diciéndoles tonterías a los vecinos como si fuera las cinco de la tarde a las tres de la mañana ni me permite perder el tiempo para ganarle algo a vida sino para envejecer.
Dime, por favor, por qué no me
gustan los domingos. Hay demasiados bares cerrados en mi ciudad, no puedo recitar para satisfacción de aquellos
que odian los viernes desde que leo mis versos en un bar de “Los Remedios”, y
sobre todo, porque no soy existencialista aunque quede rendido ante la belleza
y la solemnidad de Juliette Gréco cuando canta “Le temps des cérises[i]”.
Tampoco me gustan los lunes
pero no se me ha ocurrido aún liarme a tiros con los demás para demostrarlo. No
me gusta Bob Gerldof, pero esta canción me parece magistral, su nombre merece
ser recordado por ella.
No me gustan las gafas de sol ni
los paraguas, se parecen demasiado; los dos son de poca utilidad los días de
lluvia con viento. Los dos se acaban
perdiendo con una facilidad asombrosa.
La diferencia entre ellos no
son muy apreciables pero sí significativas. Las gafas de sol sirven para algo
en los días lluviosos con temporal, el paraguas es un estorbo, y, la más
importante; cuando se pierden siempre esperamos,
sin éxito normalmente, que aparezca el dueño del paraguas y anhelamos que no lo
haga el dueño de las gafas que sí suele aparecer, cuando son de marca, sin
conseguir su objetivo de recuperarlas.
No quiero volver a escuchar:
1) En España el tatuaje entre las mujeres cobra
fuerza hasta el punto de que las gordas
y las maduras también se tatúan.
2) A pesar de ser gay es una buena persona.
3) Francisco, eres rojo, un tonto de
izquierdas[ii] pero te veo muy inteligente[iii] e
incluso como el gay del que hablaba, buena persona.
Debe ser casualidad, pero siempre he escuchado esas frases
o algo muy parecido en personas de derechas. Yo no soy rojo; creo en la
libertad, ellos en el intento de controlar la inteligencia[iv],
que se encuentra en Madrid en el Barrio de las Ciencias donde vivió Quevedo.
26 de diciembre de 2014
[i] “El tiempo de las cerezas”: El
himno sentimental, nostálgico y bohemio que se cantaba en Francia cuando había
socialistas.
[ii] “Un tonto de izquierdas” es un
artículo magistral de Antonio Muñoz
Molina.
[iii] Es evidente que esta persona es
como cualquiera y con dos años no tuvo tiempo suficiente de conocerme y ese día, además, había olvidado las gafas. .
[iv] Como si supieran reconocerla.
Hola, Enrique. Vengo a visitarte no porque sea Navidad sino porque te considero un amigo interesante con el que comparto algunas ideas esenciales como las que expresas en esta entrada.
ResponderEliminarOye, está bien que te digan "tonto de izquierdas" para diferenciarte de los de derechas que son perversamente muy listos para hacer de la política un medio de enriquecerse a costa de los ciudadanos.
A ver si en 2015, PODEMOS vislumbrar un futuro más honesto.
Un abrazo.
Sé, Fanny, que deberías tenerme un poco de ojeriza, estoy lanzado y apenas me acuerdo de los amigos. Me concentro en hacerme un archivo con las canciones de mi vida; la primera de todas es mi última página.
EliminarUn abrazo, ya vendrán tiempos de sequía en los que no se me ocurra nada y pueda ocuparme de los buenos amigos tanto como merecéis.
Contigo, con Beatriz, Jerónimo, Toño y, por supuesto, mi Elda y algunos que ahora mismo no se me vienen a la mente. Sí, gracias a vosotros encuentro la motivación para seguir en el camino. Murió Buddy Holly, pero la música sigue.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Eliminar¿Cómo puedes ser tan tonto para ser de izquierdas? Quiso decir, y me lo demostró con la explicación que me dio a esa pregunta.
EliminarUna buena amiga, mientras esperábamos la camioneta en Hadú, después de haber resuelto satisfactoriamente una jornada infernal de trabajo por mis calles antiguas, me dijo, lo rereproduzco literalmente; Oye, Paco, tú eres muy, muy inteligente, ¿Cómo puedes ser de izquierdas?
Eliminar(31 de diciembre de 2014)
A veces las preguntas a nosotros nos resultan tontas pero para el que las hace tienen un simbolismo definido por las concepciones aprendidas y necesita identificar sus símbolos con lo que ve y que le rompe los esquemas.
ResponderEliminarTus introspecciones tienen esa vocación nostálgica a la que yo le aplicaría una frase de Borges:
"La lluvia es algo que siempre ocurre en el pasado" (creo que era así porque no soy alguien que se vaya aprendiendo citas para después hacer que sabe mucho, así que solamente me quedan las que me emocionan).
Un abrazo grande
Qué triste debe haber sido tu vida. Otro eterno insatisfecho
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