El perfume profundo de la dama de noche
el rítmico caer del jazmín en el suelo,
el letargo florido de pasos y farolas,
la llamada de cuestas, de los escaparates,
el murmullo intermitente que en la esperanza
fluye
se viste con el viento que ahora sopla despacio,
teñido de caricia , meciendo las aceras,
y me dejan pensando en este laberinto
sin cuerda que es mi vida,
ahora que no comprendo qué busco, qué persigo,
que cada día me reto
a expresar mis queridas, crueles contradicciones.
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.