viernes, 21 de octubre de 2022

Fassbinder en la memoria

    Dicen que mis películas son nostálgicas, pero no me gusta esa definición porque suena a enfermedad, a moho, a cosas descompuestas. La nostalgia sólo existe en la conciencia de quienes se sienten atrapados por sus recuerdos.
(Fassbinder)
 
 
de Fassbinder viviendo la angustia de un esquema
en tu letra temblando sobre un pájaro herido,
(Nocturno de Las Huertas)
 
 
 
 
He arrancado silencio en las vidrieras
del ardiente gemido aletargado
que se apodera de tus labios y del carmín
para llevarte una canción que permanezca
clavada en el puñal
de mi voz martirizada,
para apartarte del castigo que solloza
en la ventana hundida donde tu verdad se quiebra
ante las cruces quejumbrosas 
del portal
que triste entonaba Lili Marleen
bajo el latido amargo de las luces apagadas
que aún tiemblan
en la profanación honda de mis cenizas
vertidas en la urna de una memoria desquiciada
entre los árboles que lloran en el crepúsculo
que atraviesa el horizonte y suspira por tu ausencia
y desgarra una promesa atormentada
en la soledad sin aristas del cristal
que refleja tu olvido y pronuncia lentamente
la lágrima profunda que se acantona en tu mirada.
 
***   ***   ***   ***   *** 
 
26 de agosto de 2020

Desesperación

Tal vez todo sea una falsa
existencia, un mal sueño.
(Vladimir Nabokov)

Tu mirada de evadido sin fuga
(delatada por ese ángulo impreciso)
rompería la noche
rasgaría tu rostro
rondador de ruletas heridas
y barras dilatadas por un sorbo de luz
y un encuentro de espejos
con olores oscuros y ventanas desesperadas.
 
    (Todas las máscaras se parecen Todas las historias encuentran su héroe y su doble La condena al terrenal extravío germina en los gestos insomnes La ilusión se repite ¡Muy bien. Corten…!)
 
Tensada a la soledad
una retorcida lágrima
buscaría las venas de tu goce
carnal fragmentación de una canción en grito
o estallido final que lo comienza todo
para sospechar solo el silencio.
(Fassbinder)
 
    La película que has elegido Hallie, La ansiedad de Verónica Voss, el testamento de Fassbinder, merece una mayor consideración como obra de arte para críticos y aficionados al cine que Lili Marleen. Parece que los cinéfilos no le perdonan al artista alemán que, por fin, contara con un alto presupuesto para realizar una película y que le dieran el tiempo que siempre le faltó y que da a alguna de sus películas más aclamadas un aspecto un tanto cutre y desaseado en el que fluye una improvisación que no siempre era acertada, pero dotaba de agilidad narrativa al relato de sus sucesivas y eternas frustraciones. Para mí, Lili Marleen es una obra maestra que se juzga por los entendidos por sus fallos y por la omisión de sus virtudes, la más acentuada de estas es que hace prevalecer una historia de amor imposible y desgraciada sobre la perfidia lúgubre del nazismo, cada vez que aparece la canción experimentamos el milagro de la luz de la tristeza.

    Te dejo el primer poema que he leído de Fassbinder, siempre me ha asustado un poco leer a los poetas míticos alemanes, creo que nadie más que ellos rinden un culto tan alto a la musicalidad, esa que no suele conseguirse en las traducciones. No indico el nombre de quien ha hecho la versión porque no ponen al pie su nombre. El artículo da a entender que está traducido de la versión inglesa, no del poema original.
 

 
Olvídate de los grandes deseos
No tiene sentido sufrir por lo perdido.
Olvida las estrellas y su cielo,
ahí está el lugar al que pertenecen ".

Cuando Krohn escucha esto, grita:
“¡Apágalas! Apágalas inmediatamente.
No vuelve nunca lo que nunca tuvimos
aunque nos llegue su latido cada noche.

(Fassbinder - La ansiedad de Veronika Voss - Variación - F. E. León)
 
    Honestidad no es sinónimo de coherencia, Ana, y sí lo es, estoy en desacuerdo con ello. Fassbinder, como todos los creadores compulsivos mostraba con crudeza todas las contradicciones de la naturaleza humana. Si aquella frase de que ya dormiré cuando esté muerto no fue el primero en decirla parece que estaba destinada a definir su paso por el mundo. Para ello se ayudó de las drogas que espantan el sueño, ese dopaje del mundo artístico que no es controlado por ningún organismo. Aunque su obra maestra, Berlín Alexanderplatz, muestra los días más deplorables y humillantes de la República de Weimar y cómo la receptividad que aquel desbarajuste provocó en la población el deseo de la llegada de un líder espiritual, de un gobierno firme que plantara cara a los sangrantes Tratados de Versalles, y que hiciera una incursión fascinante e infravalorada del nazismo durante la guerra, centró la mayor parte de su obra en criticar de una forma corrosiva el Milagro alemán al que acusaba de una doliente hipocresía provista de una autosatisfacción ampulosa que miraba de soslayo las monstruosidades que su país perpetró en el pasado, entonces aún reciente, y de la corrupción de la clase política. Su mirada pesimista sobre la emigración, subrayando la musulmana, fue profética. ´Pero él no aportaba de una forma explícita soluciones, se limitaba a narrar, el hombre, para él, era un prisionero eterno de su propio comportamiento, el sentimiento solo puede salvar a los privilegiados que saben transcribirlo a sus actos. La angustia y la desesperación son a Fassbinder lo que el halo poético y la añoranza de un orden antiguo poco amigo de la ley del Ford crepuscular.
 
 
 
  
 
     En estos tiempos, que no acaban de definirse y del que hablaremos en el futuro, parece que sea verdad que por amor nos castigamos, Pilar. Muchos hombres y mujeres acaban encontrándose en campos de concentración sentimentales donde abundan las torturas emocionales, se sufre amargamente y aun así hay quienes deciden permanecer en el infierno porque acaban actuando como si tuvieran la convicción de que la pérdida del ser querido, y a veces también odiado, y la soledad son peores.



    No cabe duda, Rafel, de que Elvis sigue vivo, sus adoradores nos lo demuestran a poco que tengan una oportunidad por peregrina que sea. Pienso de ello que, hasta cierto punto, no es algo bueno ya que sus últimos años en Las Vegas nos mostraban un ídolo roto con una elección lamentable del vestuario y una acelerada decadencia física que lidiaba con un repertorio, con interpretaciones geniales muchas veces, que había sepultado a aquel joven que había proyectado en todas las direcciones sociales la vitalidad irrefrenable del Rock'n'roll.

    La vida, como el cine, es una cuestión de conjugar las luces con las sombras. Hablo del cine expresionista de mi país, de los años veinte principalmente, de los distintos colores del blanco, el radical colorido del negro en las sombras. 
(Fassbinder)

    Fassbinder sigue vivo de otra forma aunque muy pocos adviertan su presencia. Se manifiesta su impronta en la deriva de una sociedad muy parecida a la que tenemos y que ha renunciado, sin percibirlo, a la libertad a cambio de un bienestar difuso y desequilibrante, muy mal repartido, lleno de prejuicios hacia quienes tienen en la pobreza, esa diosa implacable con la moral, la diferencia que los identifica. Fassbinder sigue vivo, pero no es él sino su obra la que lo refrenda y hay mucha gente que recita sus poemas aunque no quiere saber el nombre del autor, acusándole, tal vez, de insolencia..

09 Sep 2020 10:10 
 
     Siempre es para mí algo especial hablarte, Roxane. Ya te he dicho anteriormente que el lenguaje nos muestra sus limitaciones a la hora de comunicarnos entre nosotros, pero pienso, eso es lo que me ata a ti, que coincidimos en aspectos emocionales y que llegamos a paralelismos escalofriantes en cuestiones de este tipo que justifican por sí mismas el sentido, o falta de ello, de la vida. No me parezco en nada al artista alemán, yo podría ser identificado por mis signos exteriores como un pequeño-burgués al uso, pero guardo un recuerdo imborrable , y puede que sombrío, del tiempo en que se cruzó en mi camino, yo verdaderamente veía la 2. Él no encontraba una solución para el hombre, era como si tuviera a "El Buscón" entre sus libros de cabecera. Sus personajes no cambiaban de hábitos después de la debacle y el epílogo era que continuarían así hasta la muerte.
 
30 de noviembre de 2020
 
     Creo que hacemos una aportación valiosa sobre el hombre que reflexionaba, insertándola, muchas veces, en sus guiones, sobre la poesía que ayuda a seguir respirando cuando se nos escapa el aire. Es siempre densa y precisa, Hallie, como ese algo de lo que no queremos apartarnos, cuando todo se ha perdido, nos acercamos a esas palabras cuando nos sentimos rotos, los edificios humanos no emergen como una imagen que se sostiene en el alma, como una estrella que no acaba nunca de salir porque no sabe cómo hacerlo, como un amor que cae y se rebela inútilmente contra el olvido.

    Creo que aquí es importante que tomemos consciencia de un poeta espontáneo y sincero en una Europa desorientada que supo definir desde la realidad de un Alemania que no supo digerir la miseria que acarreaban sus logros, ni devastar los monstruos siniestros de su pasado. Acabó transmitiéndonos a todos un sentimiento de culpa que todavía nos llega.
 
5 de febrero de 2022
 
     He perdido la percepción de este poema, Alejandro, aunque no llega a preocuparme sus fallos de medida, si me preocupa no haber logrado con cierta extensión reflejar una dimensión más aproximada de un creador compulsivo.

    Hace un par de años escribí cuatro poemas que sacaron lo mejor de mí. Tenían como referencia cuatro fotografías de Silvia Plath al pie de las cuales había escrito unas anotaciones. Acabé nervioso y agotado, tres horas son demasiado largas para quien no tiene mucha capacidad de trabajo. Decidí borrarlo; estaban llenos de indiscreciones que afectaban a mi amante; el arte no está por encima de todo. Me arrepiento cada vez que lo recuerdo. Un héroe monolítico no hubiera dudado una sola vez de que hizo lo que debía. A ver cómo nos quedamos después de ver escapar una oportunidad perdida. Fassbinder saturado, quizás, de describir con crudeza y con rabia el lado oscuro del Milagro Alemán había decidido indagar en los últimos años del nazismo y se le escapó por sentirlo demasiado cerca. Estaba ya inmerso en la que sería su obra maestra, seguía con las drogas, con la promiscuidad sin distinguir de sexo, con la obsesión contraria al sueño, convencido de que su mejor poema nacería de la imagen que nunca quiso rodar y lo asumió con la determinación de Tom Doniphon cuando quema la casa que quería compartir con su chica, Hallie, que acaba enamorándose del orden y la ley.

 6 de febrero de 2022
 
     La poesía es la misma cuando ilusiona y cuando provoca náuseas, es la misma cuando se consagra a la naturaleza, sería tu caso, y cuando se emplea en fetiches innecesarios creados por el hombre. Nunca podré saber que pensaría Fassbinder de este poema, aunque supongo que me tildaría de blando, que mi lado salvaje se había perdido con mi educación. Él sin duda no sabría que se puede escribir sin fe, que la sociedad burguesa nos arrastra incluso a los que nos posicionamos en contra de ella. 
 
 
 
     Lily Marlene es la canción alemana más popular, ni siquiera la aguanta "La canción de la novia del soldado" que Kubrik pusiera en nuestra memoria. Fassbinder no indagó en la I Guerra Civil Europea, puso su objetivo en lo inmediato; el Milagro Alemán es una consecuencia de la II Guerra Civil Europea. En este punto se equivocaba sin duda, el arte se puede permitir el lujo de cometer errores, podemos escribir prescindiendo de la poesía. Al final es el amor lo que redime, nada mejor para ello que narrar la historia de un romance imposible.
 
10 de febrero de 2022
 
     Aunque no esté de acuerdo contigo (respecto al cine) vuelvo a quitarme el sombrero (es la segunda vez que lo hago en esta noche, celebrando, en esta ocasión tu comentario-crítica, Óscar). Pero las cosas son buenas o malas dependiendo del uso que hagamos de ellas; la mayoría de la gente lee sin pensar; te necesitamos como lector. Yo no habría escrito nunca poemas como Norma, La strada si no fuera por mi sincera, querida y elemental cinefilia. Tampoco el Epílogo de Bruce Banner sin mi pasión adolescente por el cómic, por los héroes atormentados de Stan Lee en un lugar preferente.

    Creo, Óscar, que hoy en día la poesía es cantada por la cámara de un realizador de cine o por la guitarra de un héroe del rock. Fassbinder solo contó con la ayuda de la industria en sus dos últimas películas (tiene unas 40 y dos series de televisión) No me gusta la poesía declamada, me gusta leída en silencio y, sobre todo, cantada. Los poetas somos revolucionarios y reaccionarios al mismo tiempo, en cuanto estamos enfermos de nostalgia al constatar la imposibilidad de que vuelva lo perdido. El rechazo patológico de la nostalgia por parte del alemán tendría el mismo origen que en Jim Morrison la obsesión por no mirar el pasado, son posturas comprensibles en personas perdidas que llevan una vida disoluta. Fassbinder narraba lo que veía en los 70, lo que le dolía en un presente que suponía que podría ser comprendido en su locura por las generaciones venideras.

    No creo que este poema tenga mucho que decir si no es introducirnos en el poeta que había en Fassbinder, un cineasta obsesionado por desmontar el mito de la poesía y su relación morbosa y antiestética con el cine.

 

martes, 18 de octubre de 2022

Fotografías de Hydra

Siempre quise saber a quién miraba
la chica de la foto,
de quién lleva en las cejas un umbral de flores amarillas
y por dónde respira el fanal de su inocencia,
su candidez exacta.
(Vicente Martín)

I

Imagen

Regresé de la muerte para hablarle a la soledad
y sentir en tu desierto
el miedo y el aullido de un profeta olvidado,
para hundirme en las islas abandonadas
que emergían
entre los edificios exangües y ruinosos
de una ciudad antigua que no podía abrazarme
sin las sábanas húmedas
que mecieron nuestros cuerpos
ni creer en la esperanza de los santos amortajados.

Escribí palabras de amor en el corazón del puente
que no quería llevar tu nombre
y no esperaba a nadie entre la gente solitaria
que pasa por la calle
y no encuentra calor ni fuerza en el camino.

Sufrí en los lugares que tuvieron nuestra risa
por el desapego que sentiste
de tu propia imagen en el cuarto de mi desvelo,
por las ideas
que ya no cultivabas en el jardín
erigido por las ramas de mi fragilidad y mis temores,
por la memoria de la niña que jugaba
entre las notas de una canción perdida en el olvido
y un corazón roto y desesperado.

II

Imagen

Ya no conoces el rumor del aire
en el alma fugaz de los jazmines,
la sangre clara y nueva que brota en los veneros,
ya no miras las nubes que se escapan
mientras la tarde oscura
se pliega en el silencio de tu rostro
y esa niña en grisalla con lazos en el pelo
siente con amargura mi derrota anunciada,
sufre la soledad del hombre ante la muerte,
solloza en los relojes
por la eterna crueldad del tiempo con Saturno;
ya no escribes mi nombre en el camino
devastado en los bordes de tu huella
y en su candor
no vuelve a las sandalias profundas de tu canto,
a la sonrisa tierna que llora entre los sauces.

III




Estás ahí, en ese trozo de papel borrado
que ya no habla de cambios
y de justicia
en los tugurios donde la bruma se detiene,
estás en mis brazos cuando sueñas
con el deseo de amarte por encima de las hojas
y de la muerte
cuando respiras en mis labios,
estás con mi sombrero azul de fieltro en mis rodillas,
caminas por el nácar de un negativo oscuro
como la nube de polvo que mecía
cada mañana tu almohada con mis manos
y el vestigio de una plegaria perseguida
por la virgen sin luz
de la capilla sin nombre y cerrada
por la sangre que perdía el clavel del Mentidero.

IV

El poema manchado de tu silla
y el vino de la noche
descienden a tu rostro de sirena exiliada
por el vuelo nervioso de una alondra
que no pliega las alas y emprende otro camino,
como un hueco en el salón
que golpea en las ramas de una puerta
 ebria y atormentada
como la juventud que no fue nuestra
y llora
cada vez que me asomo a la veranda de tus labios,
al amargor de los helechos
de un niño ciego amortajado por el amor
que no supo querernos cuando llegó la noche larga.
 
V
 
Dame tu despedida
para seguir viviendo,
mariposa de luz
de un tiempo que moría.



Estaré siempre en esta terraza
fumándome el mismo cigarrillo 
mientras te espero, 
en una servilleta habré destruido
un poema de amor desesperado 
con los vidrios quebrados de tu ausencia,
con la inmensidad de la última caricia 
que se hundía en los labios carnosos de la resaca
cuyo rumor aún te asusta cuando golpea en tu finestra.

Estás ahí, en ese trozo de papel manchado
que ya no habla de cambios y de justicia, 
porque mueres en mis sueños cuando sueñas,
en el deseo de amarte
por encima del tiempo
y de la muerte cuando no estás y respiras,
en mi sombrero de fieltro y mi chaqueta,
en la nube de polvo que mecía cada mañana 
los vestigios de las plegarias perseguidas 
que se perdían en la taberna
y el vino por la noche,
en el vuelo nervioso de una gaviota
que plegaba las alas y emprendió otro camino
llamando a la puerta de un libro atormentado, 
llorosa, ebria, torpe y ensangrentada. 

La isla no me dijo que sería fácil 
encontrar un sendero en la niebla;
es duro`aprender a vivir con el levante, 
constatar que no hemos dejado de llevar 
a los mártires a la hoguera de los mostradores del mundo,
de tejer una corona de indiferencia 
sobre la herida de los poetas 
que fueron derrotados por el clamor de los silencios,
sobre la niña que cantaba
entre mis notas y el desgarro del olvido,
que no conocía
el rumor del papel sobre las hojas, 
la sangre clara brotando en los veneros,
ya no miraba el interior de la colina
en mis ojos
cuando caía la tarde,
no volvía a la Piedra del barranco que tuvo nuestros cuerpos,
a la oscura arena del Chorrillo que cantaba, ni a tu rostro.

Vuelvo a esa fotografía con las ansias 
de retener un instante del aliento
que no supe vivir ni poseer,
de contemplar cómo era tu mirada, 
aunque estés en otro tiempo y hables en otra lengua,
quiero arrancarte del mar 
que nos alejó de nuestra deriva entrañable,
del poema sin luz que alumbraba los tugurios
enclavados en la lonja y en las sierpes,
en el corazón que aún vibra
con los besos que no llegaron a derribar los muros,
con el halo inmortal de tus caderas en el muelle. 

Vuelvo a la sonrisa que me escondías 
en los días de licor y de cerezas,
recordaré las lágrimas que arrastraban los sollozos
con cada canción que se clavaba en lo perdido,
la soledad de la playa 
cuando los niños se habían marchado
y la iglesia se convertía en una isla,
miraré en las paredes que resisten las estaciones
en tu retrato húmedo 
que yace sobre la melancolía de un vencido,
sobre una promesa de amor escrita en el agua.
 
VI

Te desearé en las escalinatas
que no conoces,
pensando en la amargura que me traen la sombras,
que se adueña de cada habitación que cruzo
como un pájaro que ha perdido la paz,
y espera en la puerta del museo 
que no supo guardar la inocencia de tu blusa,
en la soledad del puente donde muere la rosa 
y pasan los escombros, 
en el arco que mece las cenizas de la tarde 
mientras me hiere el aire que siempre llega 
con la sábana ardiente que tejiera tu mirada
y me dice que ya no serás la misma,
que pensarás en mí en cada latido,
que llorarás el filo rasgado de mi ausencia,
pero no podré verte con los ojos de antes.