Pienso que lo mejor de los Rolling Stones se sitúa a mediados de los sesenta.
Sin Brian Jones ya no serían lo mismo, a pesar del prodigio que era guitarra en mano el nuevo y forzado fichaje, Mick Taylor, virtuoso y consumado a la hora de buscar los sonidos mistéricos y empapados en alcohol, marihuana y LSD que sus hermanos mayores le exigían.
Pero Brian no era música. Era, junto a The Zombies, Eric Clapton, Jimmy Page y algunos más, la Música dentro del desembarco que supuso la invasión en Estados Unidos de las huestes británicas. ¡Qué tiempo tan feliz y, sin embargo trágico! No se ha llegado a romper dentro de su dimensión un lugar preferente entre los elegidos y su importancia oscurece ante la sombra brillante del dúo Jagger-Richards. Una lanza por el Gran Brian, del nefasto club de los 27. Tell me, deliciosa.
27/12/2014
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.