martes, 11 de diciembre de 2012

Mirlo





Blackbird singing in the dead of night
Take these broken wings and learn to fly[1]

(Paul McCartney – Blackbird)





Cantas en el invierno

y cantas en la noche,

en el árbol desnudo

que yace en los escombros

turbios de los recuerdos

del patio amurallado

que extiende sus ladridos

y aún no he podido verte.



Cantas y no te importa

saber si alguien te escucha;

quizás quieras decirme

que rompa esta tristeza,

que no debo ceder

al peso de los años,

que siempre hay un motivo

 para encumbrar la vida

y desterrar los huertos

que anuncian soledades.

Quizás quieras decirme

que cante en el silencio

de este barrio dormido

aun con el alma rota

en el desván del sueño,

la voz triste y serena

de un  marco desolado

y tiemble en la emoción

de un blanquecino enero

que sufre ante la luna

que al marinero guía

y alumbra al caminante.



Quizás quieras decirme

que aguante en el invierno

como el árbol desnudo

que espera un nuevo día

aunque reine la noche

y acoge la llamada

rebelde de tu canto

pensando en el recuerdo

 de sus hojas caídas.





1- Mirlo que cantas en la noche profunda / toma estas alas rotas y aprende a volar.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Ya aprendí que el corazón se desespera



Ya aprendí que el corazón se desespera
en la negrura espesa que acaricia el abismo
del dolor y la amargura
cuando grita y no puede destruir el muro
que levantan las ruinas.

Tu corazón se me presenta
como un niño maltratado que mira receloso
desde la esquina que doblaba hacia su casa
y ya no reconoce los tejados y las nubes,
los rostros que se cruzan
y no puede avanzar por el peso de las sombras
de su culpa proyectada en las aceras.

Ese niño se rompe en una lágrima
que no será enjugada por un pañuelo amigo,
 reza en la línea que separa los lirios del monte,
y piensa que todo lo que amaba
se ha perdido sin remedio.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Tu adolescencia




1

He vuelto la mirada hacia tus verdes años
y he muerto sin consuelo
entre tu blusa blanca y aquella falda gris
que adornaban tus libros
y rompían las luces, el mar y los deseos.

Pero sigue la vida como un sueño que gime,
que persigue lamentos en el jardín dormido
de tus primeros besos,
lloran las avenidas y los parques se cierran;
¡soledad de murmullo, juegos que no divierten
y aquella adolescencia tuya que nos invade
con la presencia hermosa de tu regazo herido!

Era siempre el amor aquello que pasaba
y se nos fue apartando
como la estatua ecuestre que apunta hacia la gloria
y no mira el dolor sin luz de los mendigos
que yacen en el suelo.

2

El refugio añorado de las últimas lluvias
ha muerto como un sauce sin hojas, sin raíces
y llora sin consuelo 
el último crepúsculo,
la galería no abre su esperanza de ayer
cuando piso su sombra
con los mismos zapatos que llevaba
en el último intento de mis ojos
de arrebatarte una sonrisa abierta,
cuando escribía tu olvido entre los soportales
 y entraba en las caricias tiernas que me pedías.


3

Ya no miras atrás, 
no miras, ya no sientes
que al perderme tu vida haya encogido.
Como la noche que va hacia las sombras
el pasado se nutre, sin concierto y sin pausa,
de su propia obsesión
que atraviesa las horas,
desaparece al alba que lo muestra
como un bajorrelieve gastado por el tiempo,
como el viento que hablaba en tu sueño de vida,
la canción de Serrat que inundaba tu alcoba
y el póster gris oscuro que paraba tus besos.

Arrancaron la higuera que desde tu ventana
contemplaba en el aire una caricia triste,
la avenida guardaba tu recital de sueños,
el amor te esperaba en brazos del milagro.