jueves, 25 de diciembre de 2014

Algún lobo marino

A mi padre, que sabe mentir muy bien.




Algún lobo marino se asoma en el recuerdo
de las rocas de limo y el agua transparente,
jugaba con el sol y la mañana
cuando no había en la playa soñador
que perturbar pudiera su aventura..

Y ese lobo marino expulsado a las islas
esconde su figura huidiza y acosada
para no provocar a lanchas que partieron
a buscar otro mar de amor a la deriva,
lanchas que arrasaron el azul luminoso
que rezuma niñez, escafandras, latidos,
y muere cada tarde pleno de incomprensiones.


Lobo marino: foca monje, animal inofensivo en peligro de extinción, apenas quedan unas decenas, En Ceuta existe la leyenda de que no hace mucho frecuentaban la Bahía Sur y, esto no sé que tiene de cierto, que un viejo pescador que fue a “zurrar” calamares, murió en la orilla extenuado por el susto que le dio uno de estos simpáticos animales al que sorprendió robándole lo que pescaba. Hace apenas unos meses mi padre me confesó que vio a los “terribles” lobos marinos, pero cuando hacía la mili en las Chafarinas.
Zurrar: Pescar calamares con potera.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.