Exceptuando a mi joven colega, Marwan, es el único cantante conocido al que puedo llamar, con una mínima propiedad y base, amigo (para Javier Krahe fui tan molesto la vez que lo abordé como sus incondicionales y además le podía poner en un brete).
Es bueno, muy bueno este Paco Damas. Puede mirar a los ojos sin rubor ni envidia cualitativa a Serrat, Ibáñez, Prada o Cortez, en ese de recordarnos el patrimonio infinito de nuestra poesía. Además tiene la virtud de hacer de poemas menores de grandes autores canciones tan deliciosas como ésta que canta junto a Pastora Soler, y, por encima de todo, está dispuesto a ceder su tiempo y dar explicaciones a quienes no aman la poesía por si hay alguna posibilidad de que cambien de opinión. Ellos se lo pierden si no lo consigue.
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.