jueves, 1 de enero de 2015

Soy un hombre de ningún lugar.


           Por esas casualidades difíciles de explicar, Pepa, esta mañana pensé en los días que por primera vez leí El cuervo, no podré olvidarlos porque además fueron los mismos en que escuché, también por primera vez, el Rubber Soul, la música de repente se me hacía adulta, se hablaba de problemas serios de conciencia, de autocrítica, de sentirse uno perdido, se volvía la cabeza hacia los sentimientos más profundos del amor y de los amigos que habían pasado y los lugares que habían servido de marco a aquellos sentimientos. 



             Fue ese tiempo en el que me decanté por Lennon y confieso que fueron más importantes en mi vida In my life y Nowhere man que El cuervo ¿Si me gusta Poe como poeta? Sinceramente no, lo considero el mejor escritor que ha habido en relatos de terror y de misterio, con permiso del Bécquer de algunas leyendas, pero su poesía es demasiado proclive a la afectación y me resulta un tanto encerrada en los clichés del romanticismo. Pero, curiosamente, suyo es uno de los poemas que más me fascinan y me recuerdan el milagro de la poesía, A Helena, inserto en La carta y traducido por Cortázar. Con licencia incluida creo que la primera estrofa decía algo así; 

"Helena, tu amor para mí fue 
como aquellas remotas barcas niceas
 que, por itálicos arroyos, 
llevaban al cansado viajero errabundo
 hacia sus playas nativas.



       Tu incursión en un mito de referencias y discusiones interminables en la literatura en inglés me parece espléndida, aprovechas con soltura la musicalidad del alejandrino, con cambios de ritmo acertados para huir de la monotonía, documentada, llena de recursos, acorde con el perfil atormentado del poeta y la inquietud que quiso transmitir. A la altura de tus grandes momentos, un difícil reto que has superado con creces, sé que no es la primera vez que lo haces.




Nota: Evidentemente me he equivocado, Pepa, el poema que admirablemente tradujo Cortázar es otro (el relato lo fue con toda seguridad, el poema no estoy tan seguro, hoy he leído que originariamente apareció en el relato "The Visionary". El poema en cuestión se titula " To one in Paradise" (A aquella que está en el Paraíso). Esta traducción es mía, no he encontrado la del escritor argentino, cambio algunas cosas porque me dejo llevar por el recuerdo de la que leí y tanto me impresionó;



Thou wast that all to me, love,
   For which my soul did pine—
A green isle in the sea, love,
   A fountain and a shrine,
All wreathed with fairy fruits and flowers,
   And all the flowers were mine.


"Tú fuiste para mí, ¡Oh, amor!, 
 todo lo que mi espíritu anhelaba, 
 isla verde en el mar,
 ¡ay, amor!, fuente y santuario
con guirnaldas de frutas y de flores, 
 y todas las flores fueron mías.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.