las
palabras se buscaban, aparecían y abrigaban
el cesto
de mi inocencia, la carne de mis dudas.
Alejado,
en esta ciudad que nunca
tuvo en
estima a los poetas, siempre desconcertado
quise
abrir un camino que, de alguna forma,
me
acercara
a la imagen de niña que perdiste.
Ahora
pasan las horas y busco un qué sé yo
que me
acongoja,
consulto
en la Red para saber qué piensan,
qué
escriben los poetas en mi país ahora,
y no puedo
entenderlo,
apenas hay
lugares que hablen de caminos,
música que
nos reclame,
nombres
que nos acerquen, ideas que nos encuentren
cuando
lleguen los días de la verdad que vibra,
cuando,
descabalgados, montemos en la muerte.
Ante todo me parece un poema muy bueno y sugerente que refleja la soledad del poeta que no encuentra su sitio en este
ResponderEliminartiempo. La incomunicación en el tiempo
de las comunicaciones, con poetas que
sólo se miran a sí mismos buscando el
aplauso con incomprensibles metáforas.
Me ha gustado mucho la profundidad de
tu mensaje y más aún la poética forma de
expresarlo.
Hay poemas de los que me cuesta trabajo hablar, quizás me falte un poco de convencimiento, esos días estaba empeñado en publicar el mayor número de entradas que pudiera buscando comunicación, intentando que el blog tuviera muchas visitas, que pudiera escribir sobre los temas más variados.
ResponderEliminarNo comparto contigo tu opinión sobre el poema, pero ¿sabes? Te la agradezco más si cabe, es halagador que alguien como tú pueda comentar un poema surgido en un momento no muy bueno de inspiración, quizás porque apuntaba hacia ella. He ido agotando mi repertorio en ese afán por revitalizar este espacio, he claudicado ante algunos poemas que nunca hubiera publicado, he intentado hablar de mi pasión por la música o dar mi opinión de la situación política como hombre de la calle, y aquí me veo, sin saber valorar el legado tan hermoso que me habéis dejado algunas personas.