Ningún poeta me ha representado la bendición del bilingüismo de una manera tan sincera como Joan Port o Joan Manuel Serrat. Fluye en ellos, de una manera natural, un caudal lírico que bebe de dos ríos que se entremezclan a veces para hacerse más bellos y nunca se estorban ni se detienen para dejar pasar el uno al otro.
Jo vinc mare.
Jo vinc mare davant el teu altar
amb l'ultima rosa humida del meu desig
amb totes les aigües plàcides i quietes dels rius del mon.
Jo vinc mare amb el que queda de mi,
el teu record, es el cant del ocell de la branca solitària en las tardes del mon banyant-se en sol.
Jo vinc mare davant el teu altar
en la primavera de la vida en la essència dels teus olors
la teva memoria m'acompanya en solitud fins a la mort.
Yo vengo madre.
Yo vengo madre ante tu altar
con la última rosa humeda de mi deseo
con todas las aguas plácidas y quietas de los ríos del mundo.
Yo vengo madre con lo que queda de mí.
Tu recuerdo, es el canto del pájaro de la rama solitaria en las tardes del mundo bañadas de sol.
Yo vengo madre ante tu altar,
en la primavera de la vida en la esencia de tus olores
tu memoria me acompaña en soledad hacia la muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.