ni otros montes de tierra
gris y dura
solo el candor de tu mirada ardía
en la hora del dolor
callada, oscura.
No conocí más miel
ni aparecía
en las horas preñadas de amargura
que en tu rostro mostraba la porfía
y en el mío lloraba de locura.
Mas recuerdo la niña que prendía
en su falda
las flores del anclaje
que en las aguas su orgullo desprendía.
que en las aguas su orgullo desprendía.
Como tú,
esa niña sonreía
como tú, esa niña era el paisaje
y como tú
y como tú
se muere en la bahía.
(Verano de 1977)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.