A
Joaquín Galán, un poeta entrañable, creo que tengo muchas cosas que contarle,
su enorme corazón escucha.
Voy a nublarte la razón
y a despertarte el corazón
y
hacerte mía en un rincón perdido.
Recuerdo la primera canción que escuché de José Luis Perales, la
entrañable y con delicado aire popular "Celos de mi guitarra", yo era
un niño adolescente sin nada especial excepto que amaba la música más allá de
la razón, aquella generación hermosa de católicos aperturistas que me llevaba 7
u 8 años y miraba hacia el Mayo francés me había acostumbrado a escuchar
canciones poco aconsejables para menores y eso me hacía reconocer lo que merecía
la pena sin que pudiera explicarlo.
Me
imagino que no es fácil triunfar siendo de Cuenca, que hay quien confunde la
exquisita sencillez con lo simple, que habrá quien no encuentre sus metáforas
por puras y cristalinas, lastradas por la humildad de quien no sacó pecho en
las mieles del triunfo y no supo llorar de rabia en los fracasos; para luego del amor volver a amarte.
(25 de febrero de 2017)
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.