Esos días de licor que nos cantaban
fueron tan presurosos en nuestros labios
que tan sólo quedó un verso extraviado
recorriendo la noche de tu alma.
No volverá a moverse tu cintura
con aquella elegancia que aún respira
en el latido amargo de mi entrega,
ni volverá el misterio de tus manos
traspasando el umbral de la locura
de esos días de licor que nos cantaban.
La libertad no está, ni tu te enmarcas
en el limpio paisaje del recuerdo
donde grita el azul y el amarillo muere,
donde lloran la brisa y la tarde
por un poeta oscuro colgado en el reflejo
del mundo de color al que aspiraba.
Te he recordado siempre estrechando
esos días de licor contra mi pecho.
ese licor descafeinado de la noche que siempre alguien te da en un momento ...
ResponderEliminarme han encantado ....
tus versos....
Creo, Recomenzar, que debemos aprender a cantar por el amor que se ha ido como el borracho de Brel, brindar por los viejos tiempos en los que algunos gastamos el milagro de la juventud en una barra que no será la misma sin el amor, sin los amigos.
ResponderEliminarGracias.