lunes, 27 de marzo de 2017

A la muerte de un poeta (1)



sin embargo en mi pecho algo suspira esperanzado. 
A esta pena no has podido acostumbrarte 
y entonces sueñas en tu férrea somnolencia 
¿No estoy solo aquí? Pero un aire me roza  
muy suave, venido de lejos,
y aunque dolido sonrío admirado 
por sentir 
el poder de una felicidad que desborda mi pena…

(Hölderlin– Traducción: Javier García) 




Plegaria en los portales donde un cómico muere,
quiere reabrir la escena donde Yorick se evoca
antes de dar el paso que en la sombra sumerge.

!Oh, tú que fuiste libre y pagaste con tu vida¡
!Oh, tú que haces llorar, sentir y envalentonas
el divagar constante que abarca la memoria¡

¿No vendrás a tocar los pechos exaltados,
a mirar por encima del hombro de un gigante
riendo en el país que ha expulsado a la risa,
a romper la corona del rey de los heridos?

!Oh, tú que en el sendero tus versos has dejado,
que corres y caminas y amaste el desenfreno,
no pondrás unas flores frescas en otra tumba
mientras portas la pluma y agitas al arquero¡

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.