La
suave colina donde quedaron
las
entrañas dormidas de un poeta
se
ha llenado de noche.
Mientras
sube la niebla
de
aquella soledad,
se
ha llenado de noche.
Porque
tú,
amor
mío,
has
cumplido cien años
en
el drama de un beso
que
ha cerrado tu boca.
Porque
tú,
amor
mío,
has
dejado la lira en el viento
ebria y sola,
te
has vestido de muerte.
Con
los párpados verdes apagados
de
desvelos de ayer que nos impregnan
de
rimmel solitario,
con
el polvo azotando
tus
pálidas mejillas,
te has vestido de muerte.
te has vestido de muerte.
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.