jueves, 23 de marzo de 2017

Anne Sexton - La verdad que los muertos conocen.






Se me han ido, vuelvo de la iglesia

evitando la fría procesión hasta la tumba,

dejando a los muertos solos en el coche.

Es Junio y estoy cansada de mi entereza.



Nos dirigimos al Cabo, y me animo a mí misma

donde el sol se desvanece en el azul

y el mar se balancea como una cancela de hierro

y nos emocionamos. Muere la gente en otros lugares.



El viento, querido, cae como guijarros

de las blancas aguas y cuando nos turbamos

lo hacemos plenamente. Nadie está solo.

Los hombres matan por esto o cosas parecidas.



En cuanto a los muertos... viven descalzos

en los barcos de piedra

porque ellos son más pétreos que el mar al detenerse.

No quieren que les bendigan

la garganta, los ojos, los tendones...



(Variación de Francisco Enrique León)

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.