Las gotas de licor y las palabras
caminan
en la noche,
buscan
su velo oscuro.
¡Cuánto
recuerdo, Amor,
se
agolpa en la sangre
cuando
agita sus ríos
un
laberinto estanco!
Aquí
donde me acoge el abandono
y
tenues flores blancas susurran el olvido.
Aquí
donde pregonan los borrachos
la
eterna añoranza
del
último gemido,
veo
pasar los barcos.
¡Cuánta
guitarra abre
un
suspiro lejano
que
no puedo tocar
y
escapa con tu aroma!
¡Cuánto
recuerdo, Amor,
se
agolpa en la sangre
cuando
la risa rompe
la
comedia y el arte!
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.