jueves, 30 de marzo de 2017

Tendré tu falda abierta en mis ruinas (VIII)

Abrazaré un poema
si acaricio tu rostro
y siento que se enciende
en las lindes
 de mi ropa.

Cogeré otro poema
 si acaricio tus pechos
y siento que se rompen
en la cumbre
 de mi boca.

Tendré tu falda abierta
 en mis ruinas,
de oscuro cielo tus ojos
 penetrando en la luna.

Pienso que has muerto
o tan lejos estás
que eres la poesía
que llora adolescente
en la penumbra amarga
adonde huye
el relámpago.

Descenso hacia el dolor,
agujero aparente
que sube a las tinieblas
 de un techo imperceptible.

Pero en mi orilla tiendo mi mano y te levanto,
lujuria que revienta las ramas de mi alcoba,
lluvia que no ha caído, corazón que me evoca 
intensas sensaciones que nunca florecieron.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.