hay
tejados de zinc y gatos,
pero no queda ninguna higuera,
ni
una fuente para beber de noche.
Tus
manos muertas acariciarán la Luna.
Hay
una larga ausencia de Cantina
hay polvo
y cartones en los suelos.
No
hay una niña que cante la otra.
Tu
voz distante despertará mis sueños.
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.