domingo, 26 de febrero de 2017

Nicolás Guillén - Pablo Milanés - Burgueses.



      La Revolución cubana me parece una de las grandes pantomimas de un tiempo que se nos está escapando sin que hayamos sabido desentrañarlo y que nunca será nuestro. Pero no pude evitar sentirme fascinado durante años por este David que mostraba su orgullo y el de su lengua ante el gigante babilónico. Nicolás Guillén, en cambio, me apasiona, lo comprendo, también yo pienso en mis largos días.


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Este mulato no reniega de su piel ni del estigma de haber nacido pobre en un país que, antes de Fidel, se arrodillaba ante los ricos del norte. Hay que reconocer los méritos vengan de donde vengan. Pero no puedo perdonarle al Comandante que ejecutara a muchachos para ejemplarizar ni la duración de sus discursos.
            Desde mi punto de vista, Pablo Milanés no supo ponerle música a los poemas de José Martí, quizás se salve "Es rubia el cabello suelto" y, sin ninguna duda, la prodigiosa "Abril". Pero consiguió entrar en una comunión profunda con Nicolás Guillén. Tengo la canción sonando en una etapa de mi vida y se me viene Cádiz y el Observatorio Meteorólogico al que daba la ventana y la melancolía; "De qué callada manera / se me adentra usted sonriendo / como si fuera la primavera / yo muriendo..."


4 de marzo de 2016

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.