La Revolución cubana me parece una de las grandes pantomimas de un
tiempo que se nos está escapando sin que hayamos sabido desentrañarlo y que
nunca será nuestro. Pero no pude evitar sentirme fascinado durante años por
este David que mostraba su orgullo y el de su lengua ante el gigante
babilónico. Nicolás Guillén, en cambio, me apasiona, lo comprendo, también yo pienso
en mis largos días.
... ... ...
Este
mulato no reniega de su piel ni del estigma de haber nacido pobre en un país
que, antes de Fidel, se arrodillaba ante los ricos del norte. Hay que reconocer
los méritos vengan de donde vengan. Pero no puedo perdonarle al Comandante que
ejecutara a muchachos para ejemplarizar ni la duración de sus discursos.
Desde mi punto de vista, Pablo Milanés no supo ponerle
música a los poemas de José Martí, quizás se salve "Es rubia el cabello
suelto" y, sin ninguna duda, la prodigiosa "Abril". Pero
consiguió entrar en una comunión profunda con Nicolás Guillén. Tengo la canción
sonando en una etapa de mi vida y se me viene Cádiz y el Observatorio
Meteorólogico al que daba la ventana y la melancolía; "De qué callada
manera / se me adentra usted sonriendo / como si fuera la primavera / yo
muriendo..."
4 de marzo de 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.