Amadas e idealizadas voces
de los que perecieron o las de aquellos
para nosotros perdidos como muertos.
A veces nos hablan en sueños,
a veces las escuchamos
en el límite de la memoria.
Y durante un instante, en su rumor,
regresa el sonido del primer poema
de una vida
de una vida
como una música lejana que se apaga en la noche.
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.