Modern Times
1
Nocturno del Paseo de las Palmeras
[1] Paul McCartney: ¡Oh, mira a toda
Yo sé bien que esta noche
desangelada y fría
me llevará a la sombra de la calle que llueve
y toma por sorpresa algún coche extraviado
entre los focos blancos de una eterna promesa
mientras busco en la senda de los viejos retratos
una mirada tuya que pueda acompañarme
que sabe quien no soy y ya no me conoce.
Yo sé muy bien que entonces inundará mi rostro
el vendaval errático que sufre tu agonía
y cruzaré la calle con la lluvia ligera
que empiece a concentrarse sobre los adoquines
a rodear las almas quietas de las farolas,
y escribiré canciones al amor y a la muerte
porque tienen la misma voz
cuando se miran en tus ojos,
caminaré sin sombra entre los soportales
que acojan solitarios amantes que conversen
sobre los adoquines que escriben en sus costillas
y la vía desierta que cobrará algún calor.
Te diré que te quiero; nunca llegó el olvido
al corazón que espera y no tiene esperanza.
Las palmeras mojadas, mecidas por el viento
parecen detener la angustia de un instante
y la muerte estará más cerca se la barca
anclada de tu alma que cruza la bahía,
y los pechos caídos se erguirán para siempre
y pensaré de nuevo en Eleanor Rigby,
Ah look at all the lonely people!
[1] Paul McCartney: ¡Oh, mira a toda esa solitaria!
esa gente
que está sola¡
Yo sé bien que esta noche
desangelada y fría
me llevará a la sombra de la calle que llueve
y toma por sorpresa algún coche extraviado
entre los focos blancos de una eterna promesa
mientras busco en la senda de los viejos retratos
una mirada tuya que pueda acompañarme
que sabe quien no soy y ya no me conoce.
Yo sé muy bien que entonces inundará mi rostro
el vendaval errático que sufre tu agonía
y cruzaré la calle con la lluvia ligera
que empiece a concentrarse sobre los adoquines
a rodear las almas quietas de las farolas,
y escribiré canciones al amor y a la muerte
porque tienen la misma voz
cuando se miran en tus ojos,
caminaré sin sombra entre los soportales
que acojan solitarios amantes que conversen
sobre los adoquines que escriben en sus costillas
y la vía desierta que cobrará algún calor.
Te diré que te quiero; nunca llegó el olvido
al corazón que espera y no tiene esperanza.
Las palmeras mojadas, mecidas por el viento
parecen detener la angustia de un instante
y la muerte estará más cerca se la barca
anclada de tu alma que cruza la bahía,
y los pechos caídos se erguirán para siempre
y pensaré de nuevo en Eleanor Rigby,
Ah look at all the lonely people!
[1] Paul McCartney: ¡Oh, mira a toda esa solitaria!
(1985 - Poema de la tristeza)
Intento
centrarme en lo que siento, en lo que pienso. Extraer lo bueno que haya
llegado a mí aunque no me lo hayan querido dar. Sé que hay personas que
escriben para un tiempo, un espacio, unas circunstancias concretas y
quienes lo hacemos buscando un ideal, aunque esté impregnado de
realismo, que refleje algo que sea representativo siempre aunque, por
ello mismo, corra el riesgo de no serlo nunca. Creo que tengo muchas
razones para disfrutar cuando escribo, sé que puedo tomar varios caminos
y encuentro en todos ellos razones que me hagan pensar que es el mío.
Pero nada de ello es tan importante como tú. En ti encuentro esa fuerza
que me hace afrontar el reto de buscar un verso luminoso entre las
sombras cuando pienso que el poema está perdido. Me gustaría quererte
menos y amarte más, pienso que no te desearía tanto pero sería como si me volviera a enamorar de nuevo cada día,
quizás sufriría más pero sería por amor. Que quisieras morir por mí no tendría apenas importancia, me has demostrado siempre que lo harías aunque no fuera necesario, pero ya no puedo soportar que te lleves cada noche mi sonrisa. No es culpa mía que tenga estas ansias de vivir desesperadas.
(Conversaciones con Laura . 8 de abril de 2019)
(Conversaciones con Laura . 8 de abril de 2019)
Modern Times
Y de repente parecía que aquel mundo podía acercarse a nuestras manos,
que había un lugar para nuestro sueño en el marasmo de las multitudes,
que florecía la tarde cada vez que sonreías. ¿Por qué lo hacías tan poco
cuando yo te miraba? ¿Por qué llegó la noche sin percibirlo apenas?
¿Te dije alguna vez que si hubiéramos podido ir a Nueva York la
Estatua de la Libertad se habría arrodillado ante ti?
(Conversaciones con Laura)
Somos cartas sin norte esparcidas en el viento,
islas sin recuerdos en un archipiélago aislado,
una rosa sin pétalos en el jarrón del olvido,
un grito en las tinieblas,
somos la mirada abstracta
de un sueño figurativo que no ha nacido,
el despertar de un monstruo inocente que muere
entre las pesadillas del hombre de la calle.
Ya conozco los latidos de estos tiempos modernos,
ya he bebido la sed de un amor
que no brilla ni se apaga,
se derrumbaron los muros, me dijiste,
pero sigue la barrera entre tú y yo
cuando hablamos del silencio,
de las incomunicaciones telemáticas,
de tu tarjeta sin firma que se pierde
en la nube querida de la infancia.
Somos la arena violenta que golpea
en el rostro de un niño dormido para siempre
en el cementerio de la playa,
aquellos que no escuchan a los muertos
que vagan por los periódicos,
llegamos siempre tarde al último combate
sosteniendo en los ojos que se cierran
una sonrisa amplia que bendice
los fusiles de la gloria, la libertad encadenada,
el hacha sin mango que agita la elegancia del verdugo.
islas sin recuerdos en un archipiélago aislado,
una rosa sin pétalos en el jarrón del olvido,
un grito en las tinieblas,
somos la mirada abstracta
de un sueño figurativo que no ha nacido,
el despertar de un monstruo inocente que muere
entre las pesadillas del hombre de la calle.
Ya conozco los latidos de estos tiempos modernos,
ya he bebido la sed de un amor
que no brilla ni se apaga,
se derrumbaron los muros, me dijiste,
pero sigue la barrera entre tú y yo
cuando hablamos del silencio,
de las incomunicaciones telemáticas,
de tu tarjeta sin firma que se pierde
en la nube querida de la infancia.
Somos la arena violenta que golpea
en el rostro de un niño dormido para siempre
en el cementerio de la playa,
aquellos que no escuchan a los muertos
que vagan por los periódicos,
llegamos siempre tarde al último combate
sosteniendo en los ojos que se cierran
una sonrisa amplia que bendice
los fusiles de la gloria, la libertad encadenada,
el hacha sin mango que agita la elegancia del verdugo.
Ámate a ti misma, Laura; tengo la seguridad de que encontrarás a mucha
gente que te quiera, pero cabe la posibilidad de que no encuentres a
nadie que te ame. Todos queremos compartir la gloria de Occidente, pero
solo unos pocos amamos su vulnerabilidad. Si encuentras a alguien bueno
que te ame, aunque solo sea un poco, gozarás en cinco minutos lo que los
perversos no disfrutan en toda una eternidad, por mucho polvo que dejen
en la vereda, o sea, camino sin camino.
(13 de mayo de 2013)domingo, 12 de mayo de 2019
Tiempos modernos
Somos
cartas sin norte esparcidas en el viento,
islas
sin recuerdos en un archipiélago aislado,
una
rosa sin pétalos en el jarrón del olvido,
un
grito en las tinieblas,
somos
la mirada abstracta de un sueño que no ha nacido,
el
despertar de un monstruo inocente que muere
entre
las pesadillas del hombre de la calle.
Ya
conozco los latidos de estos tiempos modernos,
ya
he bebido la sed de un amor que no brilla ni se apaga,
se
derrumbaron los muros, me dijiste,
pero
sigue la barrera entre tú y yo cuando hablamos del silencio,
de
las incomunicaciones telemáticas,
de
tu tarjeta sin firma que se pierde en nuestra nube.
Somos
la arena violenta que golpea en el rostro
de
un niño dormido para siempre en la playa,
aquellos
que no escuchan a los muertos
que
vagan en los periódicos,
llegamos siempre tarde al último combate
y sostenemos sonriendo el hacha al verdugo.
3
Teniendo en cuenta que,
tanto tú como yo, somos impredecibles a la hora de evaluar qué nos
ha llamado la atención en un comentario para enfilar una respuesta,
reconozco que nunca podré saber lo que dijiste. Supongo que
consideraste que no era lo que querías. (Conversaciones con Laura)
Ahora vuelvo a la soledad
de un muchacho atolondrado
que necesita creer en la llegada del hombre
para que desaparezca la ira de los vientos,
para sentir que la poesía es una luz
que no podemos ver
pero vive en nuestros anhelos
cada vez que apareces en los días oscuros
y puedo respirar en la brisa a tu boca.
y puedo respirar en la brisa a tu boca.
Ahora vuelvo a la soledad
de un muchacho atolondrado
que necesita creer en la llegada del hombre
para que desaparezca la ira de los vientos,
para sentir que la poesía se manifiesta
en lo que no podemos sentir
pero vive en nuestro anhelo.
La poesía es una luz que tiembla
y no se ve pero respira
cada vez que puedo atravesar
la frontera que separa tu boca
de la mía
cuando llegas a mí a través de la lengua
que me muestra que el amor no se ha perdido
aunque se hunda en el teatro de las pesadillas.
4
Creo
que uno de mis grandes defectos es que primero escribo y luego me informo, es
un método muy eficaz para aprender e infalible para perder la reputación. Es
complicado desenvolverte en un país en el que se vive mejor que nunca a pesar
de no conocer un buen gobierno, la clase media ha permanecido impasible ante el
arrinconamiento de las Humanidades y se va dejando escapar a Internet como
vehículo de comunicación y cultura. Profetas como Simon, Ochs o Dylan
identificaron los males del consumismo
en los años sesenta, acusaron al hombre de a pie de apoltronarse en la falta de
conciencia que bendice el dios de la comodidad. La guerra de Vietnam no ha
acabado, el muro de Berlín no ha caído, la gente vive en regímenes democráticos pero no cree en la Democracia.
(Conversaciones con Laura . 2017)
¡Pobre corazón mío ya caminar no puedes,
quién pudiera pasar de números y seres!
(Baudelaire)
¡Pobre corazón mío ya caminar no puedes,
quién pudiera pasar de números y seres!
(Baudelaire)
Llegó una noche triste con el vinagre amargo
empapando el costado y la mirada
dolorida y sangrante
de la brisa perdida que yo amaba,
no supo terminar su recorrido,
transformarse en el canto del gallo que moría
ronco cada mañana,
y allí tendida como flor marchita
que busca su pasado vertido en la almohada
mi voz se desgajaba como un jarrón desierto,
mi voz que no tenía normas ni diccionario,
mi voz atormentada,
mi luz de ave sin norte temblando en las paredes
donde el romero ardía, donde la sombra hablaba.
... ... ... ... ... ... ... ...
¿Dónde está aquel muchacho que creía en la vida?
¿dónde el viento del sur que mecía su playa?
¿dónde mi voz de luna que rimaba los puertos?
¿dónde la primavera vestida de alborada?
Mi culpa atravesada por un quejido antiguo,
mi corazón perdido en una voz que pasa
y no encuentra el camino de la pasión ardiente
que lleva hasta tus ramas,
la llave del silencio abierta a mi lamento,
mi apetencia de vida muriendo en la distancia.
empapando el costado y la mirada
dolorida y sangrante
de la brisa perdida que yo amaba,
no supo terminar su recorrido,
transformarse en el canto del gallo que moría
ronco cada mañana,
y allí tendida como flor marchita
que busca su pasado vertido en la almohada
mi voz se desgajaba como un jarrón desierto,
mi voz que no tenía normas ni diccionario,
mi voz atormentada,
mi luz de ave sin norte temblando en las paredes
donde el romero ardía, donde la sombra hablaba.
... ... ... ... ... ... ... ...
¿Dónde está aquel muchacho que creía en la vida?
¿dónde el viento del sur que mecía su playa?
¿dónde mi voz de luna que rimaba los puertos?
¿dónde la primavera vestida de alborada?
Mi culpa atravesada por un quejido antiguo,
mi corazón perdido en una voz que pasa
y no encuentra el camino de la pasión ardiente
que lleva hasta tus ramas,
la llave del silencio abierta a mi lamento,
mi apetencia de vida muriendo en la distancia.