martes, 26 de mayo de 2020

La noche se sumerge


La noche se sumerge en las luces que gritan en el agua,
apenas una palabra me acerca al amor
que me diste,
entre el miedo y las cenizas
quiero volver al mundo de tus manos temblorosas,
a escribir versos sentidos en la soledad de la niebla
que se hunde en lo profundo de los bares
que rodean los candiles de los huecos
que se pierden en la orilla de la espuma.

Era todo más cálido con la sombra de tus alas,
más abierta la vida en el corazón de la calle
que llenaste de caricias
mientras las gaviotas graznaban su rabia entre las olas,
el muelle nos acogía encadenados
y las farolas luchaban con su grito de luz adormecida.



La noche se sumerge en las luces que mueren en el agua,
apenas una palabra me acerca al amor
que me diste,
entre el miedo y las cenizas
quiero volver al mundo de tus manos temblorosas,
a escribir versos sentidos en la soledad de la niebla
que se hunde en lo profundo de los bares
que rodean los candiles de los huecos
que se pierden en la orilla de la espuma.

Era todo más cálido con la sombra de tus alas,
más abierta la vida en el corazón de la calle
que llenaste de caricias
mientras las gaviotas graznaban su rabia entre las olas,
y el muelle nos acogía encadenados

a una farola que luchaba con su grito de luz adormecida
contra el llanto de la luna entre las nubes



La noche se sumerge en las luces que gritan en el agua,
apenas una palabra me acerca al amor
que me diste
 y que camina entre el miedo y las cenizas
que marcan el recuerdo de la Piedra del Pineo.

Quiero volver al mundo de tus manos temblorosas,
a escribir versos sentidos en la soledad del humo
que se hunde en lo profundo de los bares
y rodea los candiles de los huecos
que se pierden en la orilla de la espuma.

Era todo más cálido bajo la sombra de tus alas,
más abierta la vida en el corazón de la calle
que llenaste de caricias y canciones
mientras las gaviotas graznaban su rabia entre las olas,
y el muelle nos acogía encadenados
a una farola que luchaba con su grito de luz adormecida
contra el llanto de la luna que viajaba entre la niebla.




La noche se sumerge en las luces que se ahogan en el agua,
apenas una palabra me acerca al amor
profundo que me diste
 y que camina entre el miedo y los rescoldos
que marcan la avenida de la Piedra del Pineo.

Quiero volver al mundo de tus manos temblorosas,
a escribir pétalos sentidos en la soledad del humo
que se hunde en la techumbre de los bares
y rodea los candiles de los huecos
que se apagan en la orilla de la espuma.

Era todo más cálido bajo la sombra de tus alas,
más abierta la vida en el corazón de la calle
que llenaste de caricias y canciones
mientras las gaviotas graznaban su rabia entre las olas,
y el muelle nos acogía encadenados
a una farola que luchaba con su grito de luz adormecida
contra el llanto de la luna que viajaba entre la niebla.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.