Es cierto que no vuelve lo
que nunca pasó
y siempre se hace tarde
cuando el alma se agrieta
y se va la esperanza
de la mirada oscura del
recuerdo,
en la alcoba, en el
recuerdo
y la libertad cubre
el velo de una lágrima
con un himno callado
que destierra
las velas de tu vuelo
con banderas perdidas que
devoran el mástil,
los lienzos y el retrato
del pintor miserable
marcado por los labios que
muerden una estrofa
en los acantilados,
del poeta que muestra tu
rostro en una sábana
al despertar del sueño que
nunca tuvo pulso
con un aullido seco, un
llanto desgarrado
que ya no tiene rima
ni conoce la brisa amarga
de los puertos
cuando vuelven los barcos
que surcan el pasado
y nunca llegarán
al lazo de tu blusa tendido
en la escollera,
al puente derruido de tus
ojos,
a las caricias ciegas y a
los parques
donde yacen los lirios que
llevaban tu nombre,
la palabra que llora la
herida de los besos,
la
inmensidad del mar que cabe en una lágrima.
*** *** ***
*** *** ***
Es cierto que no vuelve lo
que nunca pasó
y siempre se hace tarde
cuando el alma se agrieta
y se va la esperanza
como una golondrina que
atraviesa las nubes
de la mirada oscura que
muere en la memoria,
de la alcoba que tiembla en
el aire que cierra
el canto de tu falda
y en los vestigios mueve
la cortina prendida en los
escaparates,
en un verso extraviado que
no tiene un poeta
que busque su latido en la
espesura
y se enfrenta a la noche
más larga de tu ausencia.
Cubre la libertad las alas
de tu velo,
las baldosas que muestran
el camino,
el vuelo de una lágrima
con un himno callado
que destierra
las velas de los palos que
recogen los signos
con banderas perdidas que
devoran el viento,
los lienzos y el retrato
del pintor miserable
firmado por los surcos que
muerden una estrofa
y el resto de un naufragio
en los acantilados de tu
espera,
en la luna de piedra que
acoge tu desierto.
El poeta que teje tu olvido
en una sábana
despierta en una rosa que
nunca tuvo pulso
con un gemido brusco, un
tono desgarrado
que no se lleva el agua
y conoce la brisa amarga de
los puertos
cuando vuelven los barcos
que surcan el pasado
y nunca llegarán
al lazo de tu blusa tendido
en la escollera,
a los puentes marchitos que
sostienen tus brazos,
a las ciegas caricias y a
los parques
donde yacen los lirios que
llevaban tu huella,
la palabra que aroma
de tus labios la
herida
y los rojos claveles,
la inmensidad del mar que
cabe en el recuerdo
que aprisiona tu piel y
corre en tus mejillas.
*** *** ***
*** *** ***
Es cierto que no vuelve lo
que nunca pasó
y siempre se hace tarde
cuando el alma se agrieta
y se va la esperanza
de la mirada oscura del
recuerdo,
en la alcoba, en el
recuerdo
y la libertad cubre
el velo de una lágrima
con un himno callado
que destierra
las velas de tu vuelo
con banderas perdidas que
devoran el mástil,
los lienzos y el retrato
del pintor miserable
marcado por los labios que
muerden una estrofa
en los acantilados,
del poeta que muestra tu
rostro en una sábana
al despertar del sueño que
nunca tuvo pulso
con un aullido seco, un
llanto desgarrado
que ya no tiene rima
ni conoce la brisa amarga
de los puertos
cuando vuelven los barcos
que surcan el pasado
y nunca llegarán
al lazo de tu blusa tendido
en la escollera,
al puente derruido de tus
ojos,
a las caricias ciegas y a
los parques
donde yacen los lirios que
llevaban tu nombre,
la palabra que llora la
herida de los besos,
la
inmensidad del mar que cabe en una lágrima.
*** *** ***
*** *** ***
Es cierto que no vuelve lo
que nunca pasó
y siempre se hace tarde
cuando el alma se agrieta
y se va la esperanza
en la mirada oscura que
mueve tu recuerdo,
en la alcoba que tiembla la
cortina adornada
con un verso de amor que se
enfrenta a la muerte.
Cubre la libertad las alas
de tu herida,
el velo de una lágrima
con un himno callado
que destierra
las velas de tu vuelo
con banderas perdidas que
devoran el mástil,
los lienzos y el retrato
del pintor miserable
marcado por los labios que
muerden una estrofa
en los acantilados,
del poeta que muestra tu
rostro en una sábana
al despertar del sueño que
nunca tuvo pulso
con un aullido seco, un
llanto desgarrado
que ya no tiene rima
ni conoce la brisa amarga
de los puertos
cuando vuelven los barcos
que surcan el pasado
y nunca llegarán
al lazo de tu blusa tendido
en la escollera,
a los puentes derruidos de
tus brazos,
a las caricias ciegas y a
los parques
donde yacen los lirios que
llevaban tu nombre,
la palabra que llora la
herida de los besos,
la inmensidad del mar que
cabe en una lágrima.
*** *** ***
No volverás
*** *** ***
No volverás
Y durante un instante, en su rumor,
regresa el sonido del primer poema
de una vida
como una música lejana que se apaga en la noche.
(Constantino Cavafis - Voces - Versión: F.E. León)
*** *** ***
Es cierto que no vuelve lo que nunca pasó
y siempre se hace tarde cuando el alma se agrieta
y se va la esperanza
como una mariposa que atraviesa las nubes
y empapa la tristeza de su vientre
en la presencia oscura que guarda los rescoldos
de un deseo ferviente que resiste en la sangre.
No volverás, lo sé, pero te espero al alba
con la flor en los labios
de la mirada quieta en la eterna sonrisa
de una estrella fugaz
que caerá en tu olvido cuando hierva el recuerdo.
regresa el sonido del primer poema
de una vida
como una música lejana que se apaga en la noche.
(Constantino Cavafis - Voces - Versión: F.E. León)
*** *** ***
Es cierto que no vuelve lo que nunca pasó
y siempre se hace tarde cuando el alma se agrieta
y se va la esperanza
como una mariposa que atraviesa las nubes
y empapa la tristeza de su vientre
en la presencia oscura que guarda los rescoldos
de un deseo ferviente que resiste en la sangre.
No volverás, lo sé, pero te espero al alba
con la flor en los labios
de la mirada quieta en la eterna sonrisa
de una estrella fugaz
que caerá en tu olvido cuando hierva el recuerdo.
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.