sábado, 23 de mayo de 2020

Apuntes de la Transición

Volvamos a las calles 
que ya no serán nuestras, 
a ese puente encallado
que ha perdido la voz de su destino;
vuelve a decirme que me amas
aunque no sepas por qué 
y deja en el aire alguna palabra
que me inunde con tu recuerdo
cuando el sol se haya escondido por la tarde
y llegue la frialdad inquieta de no sentir tu paso,
de no cruzar la voz de tus aceras.

Volvamos a pensar 
que tú y yo vivimos nuestra herida
y otra vez nos encontramos
en estos lugares que se han ido perdiendo
y, desde entonces, hemos sonreído
a pesar de las sombras;
cuando se acerca el miedo nos cogemos de la mano
y sentimos que emergemos de cualquier marejada,
mientras aparece en los labios el alma de una sonrisa
que aprendió a escribir besos en el aire
cuando Aleixandre atravesaba dolido
las rosas del jardín
y Brel aparecía por primera vez en el Noray.


Sé que puedo abrazarte
 en un rincón perdido en un muelle de brumas.
Llegas desde otra orilla y me entregas el recuerdo
que habla de tu sonrisa, sientes cada mirada 
y las rimas te iluminan.

Te hablaré de los astros lejanos que te guían, 
eres cada palabra 
que mantiene el pulso de un camino recordado,
eres cada secuencia que extiende la fragancia
de un pensamiento amado

que se abre en el aire y se pierde entre las flores.

***   ***   ***


Debería haberte perdonado hasta tu última culpa,
he hablado de perdón y nunca supe cómo hacerlo,
te miraba desde el sofá y no sabía
cuánto te amaba o cuánto me dolía pensar
que hubieras dejado mi amor en una estación olvidada
en la hora que los muertos pasean por la ciudad
en el momento que los solitarios miran el cuadrante
sin saber adónde quieren ir 
para encontrar una luz en algún camino,

sin llenar de silencio una mirada 
perdida en la sórdida lejanía
que buscaba un fantasma en los ojos de Bruce Banner.


No quarter

Cuando persigues el éxtasis sin saber las razones, debes asumir que vas a enfrentarte con el tormento. Es como morir sin estar viviendo, pero al final verás la luz cuando te quedes sin el oscuro ramo que mecen, en los acasos,  los cabellos caídos de la esperanza.

(Conversaciones con Laura - 16 de mayo de 2019

1

Anochece en mi rostro 
cuando pasa por la alfombra de tu calle
la muchacha de ayer que que todavía te busca,
lleva al hombro tu cruz, tu medalla en la camisa,
brilla siempre en el recuerdo
donde apenas sonreías
y envía pétalos de ensueño a los claveles de un mañana
enclavado en una estatua que guarda
una mirada de amor hacia los tristes
a pesar de los fusiles, el mostaza y las cadenas
que no pueden devastar las palabras
de los santos descreídos
que emergen de las brumas cada día
para seguir viviendo la fe en nuestra sangre.

2

Y en las esquinas de los vientos que pasaron
me habla la muerte en una lengua 
que no sabe escribir tu dolor en las ventanas
y mueve unos barcos varados en el olvido
que hunden la soledad de las banderas
en la cumbre del naufragio de estos tiempos
consumidos por las mallas
de una Red pretenciosa y nepotista
cuando vuelvo a la soledad de la azotea
adonde no pueden llegar las ondas
que ahogan el Tobogán remozado y perdido
en las palabras de una radio somnolienta
en cuyo ocaso 
presenta a un locutor
que se arriesga a perder para siempre
lo que no fue en el pasado
para seguir en su escotilla de música sentida
convertida en  una farsa del Gabriel más punzante
entre los semáforos y los laureles verdecidos
que cambian el rumbo y el calor 
de los motores desenfrenados,
del sexo de las mariposas
que se perdieron en el espejo de la luna
desangrada en la noche abierta del durazno.


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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.