martes, 26 de mayo de 2020

No quarter

Cuando persigues el éxtasis sin saber las razones, debes asumir que vas a enfrentarte con el tormento. Es como morir sin estar viviendo, pero al final verás la luz cuando te quedes sin el oscuro ramo que mecen, en los acasos,  los cabellos caídos de la esperanza.

(Conversaciones con Laura - 16 de mayo de 2019


Anochece en mi rostro 
cuando pasa por la alfombra de tu calle
la muchacha de ayer que que todavía te busca,
lleva al cuello tu cruz,
brilla en el recuerdo donde apenas sonreías
y envía pétalos de ensueño a los claveles
de un mañana
enclavado en una estatua que guarda
una mirada de amor hacia los tristes
a pesar de los fusiles, el mostaza y las cadenas
que no pueden devastar las palabras
de los santos descreídos
que emergen de las brumas cada día
para seguir viviendo la fe en nuestra sangre.

Y en las esquinas de los vientos que pasaron
me habla la muerte en una lengua 
que no sabe escribir tu dolor en las ventanas
y mueve unos barcos varados en el olvido
que hunde la soledad de las banderas
en la cumbre del naufragio de estos tiempos
consumidos por las mallas
de una Red pretenciosa y nepotista
cuando vuelvo a la soledad de la azotea
adonde no pueden llegar las ondas
que ahogan el Tobogán remozado y perdido,
las palabras de una radio somnolienta
en cuyo ocaso 
presenta a un locutor
que se arriesga a perder para siempre
lo que no fue en el pasado
para seguir en su escotilla de música sentida
convertida en  una farsa del Gabriel más punzante
entre los semáforos y los laureles verdecidos
que cambian el rumbo y el calor 
de los motores desenfrenados,
el sexo de las mariposas
que se perdieron en el espejo de la luna
desangrada en la noche abierta del durazno.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.