sábado, 23 de mayo de 2020

He amado la sombra inquieta de tu vestido


He amado la sombra inquieta
de tu vestido,

la nube de tu encanto,

la hiedra levantada inundando los muros con un verso
en una estrofa sentida que aún tiembla en la pinza de tu falda.

He llegado a los tablones
de los atracaderos
esperando la llama oscura de tus manos,

en la farola de piedra
y su quejido de sombras cuando penetraba el humo
en la lúgubre taberna de los poetas vencidos,

en los juegos desarbolados
que llegaban a tu boca y encendían los deseos
en los mástiles desprendidos
 en la noche más oscura empapada por la niebla.


Solo puedo buscarte como una isla remota
que escucha en la mañana
la voz de tu silencio

que levanta la huella de una palabra en tu frente
que aún dice que me amas
y te entrego la rama de la higuera donde saltaban los pájaros,
el lienzo abandonado donde florecían los lirios
el cuaderno de espigas donde aún aparece tu nombre
y te entrego, en los recovecos de mi memoria,
la melodía de caricias que sonaba entre los arbustos,
entre la belleza peregrina de tu sonrisa en el viento, 
de las palabras de amor en un poema mal escrito.

***   ***   ***


He llegado a los tablones húmedos
de los atracaderos
esperando la llama oscura de tu verso
en la farola de piedra
y su quejido de sombras cuando penetra el humo
en la lúgubre taberna de los poetas vencidos,
en los juegos desarbolados
que llegaban a tu boca y encendían los deseos
en los mástiles desprendidos
 en la noche más fría empapada por la niebla.

Solo puedo buscarte como una isla remota
que escucha en la mañana
la voz de tu silencio
que levanta la huella de una palabra en la frente
que aún dice que me amas
y te entrego la rama de la higuera donde saltaban los jilgueros,
el lienzo abandonado donde florecían los lirios
y el cuaderno de espigas donde aún aparece tu nombre
y te entrego, en los recovecos de mi memoria,
la melodía de caricias que sonaba entre los arbustos,
entre la belleza peregrina de tu sonrisa en el viento, 
de las palabras de amor en un poema mal escrito.


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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.