Cuando alcances el momento de una fotografía
llegarás a la soledad de un pensamiento
que se aleja en el mar, de una mirada
que se cierra entre los edificios,
y una cantante que derrama su melancolía entre los bancos
vuelve a las alas
de una mariposa que se posa en el último verso de un poema perdido
que podría ser él mismo que recitaste mientras te miraba
y que sigue cayendo
en tu alma cada vez que te llamo
con la desesperación de una estrella que canta su tristeza,
con la agonía de las farolas que se refugian en el olvido de la playa.
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.