A veces pienso,
Laura, que lo que escribo no es suficientemente bueno para que se publique que
soy un atavismo provinciano surgido de la pretensión incontrolable de notoriedad pasajera los
europeos del Norte de África, pero otras veces lucho contra las sombras de mi
propio egocentrismo porque pienso que soy muy bueno. Entonces me doy cuenta por
el comportamiento que intuyo en muchas personas que escriben en los foros, ya
que en ellos me muevo y me desvelo sin posibilidad de encontrar un abrigo, una
referencia válida de mi regionalidad, que también ellos piensan así de sí
mismos aunque casi todos saben defenderse mejor que yo de la fragilidad que
supone transmitir esa sensación que será interpretada casi con toda seguridad
como un ejemplo insoportable de soberbia y de arrogancia.
Pero ese
pensamiento de mis mejores momentos simplemente significa que sé reconocer que
he hecho algo bien, dentro de mis limitaciones, y juzgo lo que he escrito como si fuera de otro,
como si no me acordara de que es mío, ni siquiera porque lleve mi firma y eso
es así si no fuera porque muchas veces aparece la luz de tu nombre.
Me
gustaría decirle a más de uno, por ejemplo, que García Montero es de mi misma
edad, y andaluz como yo y vive rodeado por las mismas contradicciones que me
matan, en el mismo país que nos duele cada vez que leemos el periódico y hace
lo mismo aunque en diferente lugar. Tiene el privilegio de vivir de lo que sabe
hacer y le gusta.
Aunque su éxito y mi
fracaso, en su caso no cabe la menor duda de que sí, fueran merecidos, ni él ni
ninguno de los grandes que pasaron, no te voy a mentar, una vez más, lo que
Lorca significa para mí, merecen que me dirija a ellos como si estuvieran en
otra dimensión, son por encima de todo hombres, hombres que pasan y sueñan,
cuyas vidas se debaten entre el gozo y el dolor y arrancan sus palabras más
luminosas de las sombras.
Admito el miedo que
siento de mostrar mi obra sin restricciones, sin avisar, como decía X.,
olvidando que eres un simple aficionado, pero no puedo sustraerme de la
tristeza de que nadie haya lanzado las campanas al vuelo por compartir espacio,
tiempo e ilusiones con fueras de serie como J, N., A., P., o M., sabes
bien a quienes me refiero y te he enseñado sus poemas más de una vez, por poner
unos ejemplos ilustrativos, porque hay algunos más y se nos pierden otros
mientras hay quienes reciben premios prestigiosos sin que yo pueda ocultar mi
estupor. No entiendo halagos desmedidos en obras mediocres de famosos, en
algunos casos con otras magistrales, podría poner muchos ejemplos, ni el pavor
de manifestar abiertamente lo que no puede medirse, es una de las grandezas del
arte, cuando se trata de desconocidos. Pero me asusta encontrarme con el empeño
que tenemos en convertirnos todos en especiales para nuestros adentros y pensar
con convicción que lo que hacemos es grande y que son las miras pequeñas de la
sociedad las que no advierten la verdadera grandes de lo que escribimos, así
conseguimos despertar las verdaderas miserias en los tiempos de la Red, del
artista, pero este último, sin embargo, siempre tendrá más importancia que el
Arte para mí y así me lo enseñaron, y el hombre está por encima del artista
como llevamos escuchando desde hace más de 2500 años sin que parezca que haya
traspasado nuestro oído.
(Conversaciones con Laura - 8 de
diciembre de 2014)
Querido
amigo:
Lo de bueno y malo, mejor o peor, cerca o lejos ¡Son conceptos tan relativos
y subjetivos! Me gritan y no acabo de creerlo.
Piensa que en los tiempos que corren los reconocimientos, por lo general,
requieren estar introducido en los círculos indicados y no dejar de sonreír a
los sacerdotes incluso cuando cometan atropellos y sacrifiquen dioses
efímeros, pero dioses al fin y al cabo... ¡Si se dieran a los méritos no
existirían "indicados" y lavaríamos los pies a los que nos llaman
maestros sin saber por qué!
No voy a profundizar en esto pues cada cual va a hacer
diferentes lecturas. No voy a buscar la mía, pues de tanto leer
opiniones me he quedado sin ninguna, siento pero no pienso, ¿para qué
necesita un artista el pensamiento?
En los foros hay muchos que desean exponer su anónima obra a los ojos que no
les han prestado las editoriales y muchos que simplemente tienen algo que
expresar y lo hacen sin más pretensiones que pasar el rato como si se tratara
de una partida de parchís. No llego a comprender esto ya que es un juego que
me resulta aburrido.
La diferencia con el que vive de su obra es eso, el dinero y el
"prestigio". Lo bueno de los foros es que todos ahora podemos
mostrarnos, las letras ahí quedan; el uso que de ellas se hagan en el futuro
es incierto pero tienen un futuro que pasó y ha ido llevándose algo esencial
de nosotros, estamos en la prórroga del siglo XX y nonos quedan fuerzas para
llegar a la tanda de penalties ¿y quién sabe? Todavía estamos a tiempo de
ganar la partida con dos jugadores menos como si fuéramos italianos y nos
hubieran enseñado desde la más tierna infancia a ser competitivos.
Como demostró Pavese, con un estoicismo
sincero que no podía hacer que se ocultaran sus propias decepciones, lo
importante es charlar con los desconocidos, amar a algún amigo, yacer al
despertarte con una mujer a tu lado y no recibir el premio al mejor novelista
italiano, él siempre penó por la indiferencia que, el ambiente viciado por la
grandilocuencia del fascismo, le deparó a su único e imponente poemario .
Si yo tuviera que hacer un estudio sociológico, humanístico... elegiría los
foros porque en ellos hay personas de la calle que luchan, como yo,
agonísticamente contra el olvido, simplemente porque temen a la muerte como
la temo yo aunque aún no la haya escuchado pronunciar mi nombre, y cada
uno reacciona de diferente forma, pero hay una mayoría que se deja devorar
por la vulgaridad de un tiempo determinado en el que con frecuencia casi
todos pensamos que podemos hablar con los ángeles y eso no lo admito ni
siquiera en aquellos que tienen argumentos para demostrar su genialidad,
particularmente pienso que mi vecino de arriba es, casi con toda
probabilidad, mejor hombre que Bob Dylan, a quien no conozco pero como
personaje público evidencia demasiados síntomas de insoportabilidad.
He aprendido a distinguir la falsa
humildad de la verdadera a fuerza de equivocarme, poco me duele más que escuchar
a algunos hablar de sus pobres letras y después verlos abalanzarse pronto y
desairados por cualquier objeción a esas letras aunque sea discreta y
razonada con la elegancia de quien lo último que desea hacer es ofender.
En cualquier caso es gratificante decirte que es un honor y un
placer compartir espacio contigo porque dudas y te preguntas, quizás sin
darte cuenta nos traes al Sócrates que pone en entredicho la existencia
de los dioses y cree, sin embargo, con pasión en la inmortalidad del alma.
Cuando se elige un foro se hace porque es el lugar en dónde se desea estar y
con quiénes se desea compartir un pedazo difuso de nosotros que no acaba de
mostrarse en nuestras elegías cotidianas...
9 de Diciembre de 2014
No me gustaría confundirte, V. Mi posicionamiento principal se resuelve en
buscar unos criterios que puedan determinar si una obra de arte lo es o es
una coqueta y afortunada artesanía, pienso que el relativismo que preconizas
es muy peligroso, no nos va a ayudar a elegir lo que merece la pena.
La llegada del verso libre ha creado una confusión
tan grande en la poesía que con mucha probabilidad ha superado a la de la
abstracción en la pintura, pero en ésta hay resortes para clarificar, técnicas
palpables, méritos evidentes.
Teniendo
en cuenta que casi todos hablamos, todos nos hemos convertido en poetas, no
es malo escribir mal y sentirse poeta, pero no debemos otorgar premios
importantes con jurados que no conocen el lenguaje de la poesía, que se
decantará por el efectismo más que por lo efectivo, y por lo tanto, valioso.
Con respecto a los foros, no puedo
quejarme, se me lee y se me comenta muy por encima de la media y de lo que
esperaba, pero no encuentro lo que busco aunque haya dejado de molestarme
verme rodeado por tantas estrellas.
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C
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10 de diciembre de 2014
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.