A veces
pienso, Laura, que lo que escribo no es suficientemente bueno para que se
publique, pero otras veces lucho contra las sombras de mi propio egocentrismo
porque pienso que soy muy, muy bueno. Entonces me doy cuenta por el
comportamiento que intuyo en muchas personas que escriben en los foros, ya que
en ellos me muevo y me desvelo sin posibilidad de encontrar un abrigo,
que también ellos piensan así de sí mismos, aunque casi todas saben defenderse
mejor que yo de la fragilidad que supone transmitir esa sensación que será
interpretada, casi con toda seguridad, como un ejemplo insoportable de soberbia y
de arrogancia.
Pero ese
pensamiento de mis mejores momentos simplemente significa que sé reconocer que
he hecho algo bien, dentro de mis limitaciones, como si fuera de otro, como si
no me acordara de que es mío, ni siquiera porque lleve mi firma y eso es sería así si
no fuera porque muchas veces aparece la luz de tu nombre.
Me gustaría decirle a más de uno, por ejemplo, que García Montero es de mi
misma edad, vive rodeado por las mismas contradicciones que yo, en el mismo
país que nos duele cada vez que leemos el periódico, y hace lo mismo aunque en
diferente lugar. Tiene el privilegio de vivir de lo que sabe hacer y le gusta.
Aunque su éxito y mi fracaso,
en su caso no cabe la menor duda de que sí, fueran merecidos, ni él ni ninguno
de los grandes que pasaron, no te voy a mentar, una vez más, lo que Lorca
significa para mí, merecen que me dirija a ellos como si estuvieran en otra
dimensión, son por encima de todo hombres, hombres que pasan y sueñan, cuyas
vidas se debaten entre el gozo y el dolor y arrancan sus palabras más luminosas
de las sombras.
Admito el miedo que
siento de mostrar mi obra sin restricciones, sin avisar, como decía X.,
olvidando que eres un simple aficionado, pero no puedo sustraerme de la
tristeza de que nadie haya lanzado las campanas al vuelo por compartir espacio,
tiempo e ilusiones con fueras de serie como J, N., A., P., o M., sabes
bien a quiénes me refiero y te he enseñado sus poemas más de una vez, por poner
unos ejemplos ilustrativos, porque hay algunos más y se nos pierden otros,
mientras hay quienes reciben premios prestigiosos sin que yo pueda ocultar mi
estupor. No entiendo los halagos desmedidos en obras mediocres de famosos, en
algunos casos con otras obras magistrales, podría poner muchos ejemplos, ni el pavor
de manifestar abiertamente lo que no puede medirse, es una de las grandezas del
arte, cuando se trata de desconocidos, pero con nuestro empeño en convertirnos
todos en especiales hemos conseguido despertar las miserias del artista, este
último, sin embargo, siempre tendrá más importancia que el Arte.
(Conversaciones con Laura - 8 de
diciembre de 2014)
Querido
amigo:
Lo de bueno y malo, mejor o peor, cerca o lejos ¡Son conceptos tan relativos y subjetivos!
Piensa que en los tiempos que corren los reconocimientos, por lo general,
requieren estar introducido en los círculos indicados y no dejar de sonreír a
los sacerdotes incluso cuando cometen atropellos y sacrifican dioses
efímeros, pero dioses al fin y al cabo... ¡Si se dieran a los méritos no
existirían "indicados" y lavaríamos los pies a los que nos llaman
maestros sin saber por qué!
No voy a profundizar en esto pues para cada cual va a tener
diferentes lecturas. No voy a buscar la mía, pues de tanto leer
opiniones me he quedado sin ninguna, siento pero no pienso, para qué necesita
un artista el pensamiento.
En los foros hay muchos que desean exponer su anónima obra a los ojos que no
les han prestado las editoriales y muchos que simplemente tienen algo que
expresar y lo hacen sin más pretensiones.
La diferencia con el que vive de su obra es eso, el dinero y el
"prestigio". Lo bueno de los foros es que todos ahora podemos
mostrarnos, las letras ahí quedan; el uso que de ellas se hagan en el futuro
es incierto... pero tienen un futuro que pasó y se ha ido llevándose algo
esencial de nosotros, estamos en la prórroga del siglo XX y no nos quedan
fuerzas para llegar a la tanda de penalties ¿y quién sabe? Todavía estamos a
tiempo de ganar la partida con dos jugadores menos como si fuéramos italianos
y nos hubieran enseñado desde la más tierna infancia a ser competitivos. Como
demostró Pavese, con un estoicismo que no podía hacer que se ocultaran sus
propias decepciones, lo importante es charlar con los desconocidos, amar a
algún amigo, yacer al despertarte con una mujer a tu lado y no recibir el
premio al mejor novelista italiano, él siempre penó por la indiferencia que
el ambiente viciado por la grandilocuencia del fascismo, le deparó su único e
imponente poemario.
Si yo tuviera que hacer un estudio sociológico, humanístico... elegiría los
foros porque en ellos hay personas de la calle que luchan, como yo,
agonísticamente contra el olvido, simplemente porque temen a la muerte como
la temo yo, aunque aún no la haya escuchado pronunciar mi nombre, y cada
uno reacciona de diferente forma, pero hay una mayoría que se deja devorar
por la vulgaridad de un tiempo determinado en el que con frecuencia casi
todos pensamos que podemos hablar con los ángeles, y eso no lo admito ni
siquiera en aquellos que tienen argumentos para demostrar su genialidad,
particularmente pienso que mi vecino de arriba es, casi con toda
probabilidad, mejor hombre que Bob Dylan, a quien no conozco pero como
personaje público evidencia demasiados síntomas de insoportabilidad.
He
aprendido a distinguir la falsa humildad de la verdadera a fuerza de
equivocarme, poco me duele más que escuchar a algunos hablar de sus pobres
letras y que, después, se abalanzan pronto y desairados por cualquier objeción
a esas letras aunque sea discreta y razonada con la elegancia de quien lo
último que desea hacer es ofender.
En cualquier caso es gratificante decirte que es un honor y un
placer compartir espacio contigo porque dudas y te preguntas, quizás sin
darte cuenta nos traes al Sócrates que pone en entredicho la existencia
de los dioses y cree, sin embargo, con pasión en la inmortalidad del alma.
Cuando se elige un foro se hace porque es el lugar en dónde se desea estar y
con quiénes se desea compartir un pedazo difuso de nosotros que no acaba de
mostrarse en nuestras elegías cotidianas...
9 de Diciembre de 2014
No me gustaría confundirte, Virginia. Mi posicionamiento principal se
resuelve en buscar unos criterios que puedan determinar si una obra de arte
lo es o solo es una coqueta y afortunada artesanía, pienso que el relativismo que preconizas
es muy peligroso, no nos va a ayudar a elegir lo que merece la pena.
La llegada del verso libre ha creado una confusión
tan grande en la poesía que con mucha probabilidad ha superado a la de la
abstracción en la pintura. Pero en ésta hay resortes para clarificar,
técnicas palpables, méritos evidentes. Cuando un pintor se sumerge en la abstracción no es un reconocimiento de su falta de oficio sino un acto de creación volitivo que desea alejarse de las formas sensibles de la naturaleza, quien quiera reconocer un paisaje ya tiene la fotografía.
Teniendo en cuenta que casi todos hablamos, todos nos hemos convertido en
poetas, no es malo escribir mal y sentirse poeta, pero no debemos otorgar
premios importantes con jurados que no conocen el misterio de la poesía, los políticos se decantarán por el efectismo más que por lo efectivo, y por lo tanto,
valioso.
Con
respecto a los foros, no puedo quejarme, se me lee y se me comenta muy por
encima de la media y de lo que esperaba, aunque como la estatua del jardín botánico haya aprendido a esperar sin razón, pero no encuentro lo que busco
aunque haya dejado de molestarme verme rodeado por tantas estrellas. |
Un maestro es otro ser humano que nos puede enseñar algo, aunque él no sepa que nos lo está enseñando o no sea su intensión enseñarnos. Maestro no es alguien a quién venerar como sagrado. Lo importante de un maestro no está en él, sino en el discípulo, que es el que aprende de esa persona aunque esta no le esté enseñando directamente con directrices y esas cosas que tiene definidas la enseñanza.
ResponderEliminarEstá en el hecho de que alguien aprenda de alguien, eso de conferir, siempre el discípulo, el rango a su maestro.
Esto que escribiste viene a corroborar lo que me comentaste el otro día sobre cómo te habías alejado de los lugares y te habías vuelto solitario.
En mi opinión de persona que lee, aunque no tengo conocimientos técnicos más allá de las observaciones que hago sobre los estilos de los que me gusta leer, creo que sos muy bueno o que por lo menos, superás la media de lo que hay por la red social.
La mayoría es muy pobre. Encontré otro tipo como vos, Akhenazi. Los leo mucho porque aprendo de ustedes. Y también una escritora argentina, que se llama Mirella.
Por ahí tiene que ver con el estilo de lo que a mí me gusta, que me gusten y pueda aprender de ustedes tres y por eso te llamé maestro en otro post.
Un abrazo grande.