miércoles, 8 de mayo de 2019

Vuelvo al tiempo de los besos 8 de mayo - Memorias de Hydra

Vuelvo al tiempo de los besos
 acorralados, 
de los sueños erguidos en el parque de plata
que ya no nos espera, 
al laurel de la India que nunca se marchita,
a los bancos de piedra que ya no son los mismos;
no recogen la firma de tu mano nerviosa
pergeñando los vuelos profundos de una rima,
vuelvo al patio romano
como si quisiera gritarles a las rosas
que ya no serán nunca tempranas
cuánto te quería 
en los recovecos de los jardines de las murallas, 
en el pequeño foso del suicida
que aún guarda los calvarios negros de nuestra nube
en el velo del mar que atravesaba 
la pulpa del naranjo que oscurece 
en el paseo crepuscular de Independencia,
y me estremezco 
como si quisiera abrazarte de nuevo
en los surcos nostálgicos del agua 
que se adentra en la noche de las incomprensiones,
de las barcas perseguidas
que gimen en la canción de tus arenas
como una sirena que ha renunciado al canto
y horada con los ojos la amargura de sus piernas 
entre los espigones derruidos por el salitre y su silencio
donde la luna araña al mediodía 
tu sombra sobre la tierra del olvido,
el corazón sediento que aún rememora la caricia
del clavel caprichoso que tuviste en la boca.   

(Memorias de Hydra)

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.