jueves, 23 de mayo de 2019

Nocturno en las Palmeras


1


¿(Puedes decirme dónde yace mi país?
Peter Gabriel)

 Yo sé bien que esta noche
desangelada y fría
me llevará a la sombra
de la calle que llueve
y toma por sorpresa algún coche extraviado
entre los focos blancos de una eterna sonrisa
que se quedó en mis labios un 30 de febrero
mientras hurgo en tu aurora,
 en la senda grisácea de los viejos retratos
en la caricia ausente
que pueda acompañarme,
que sabe quién no soy, quién vive con mi gesto
y despierta en la mano que no quiere abrigarme,
que ya no me conoce.

***   ***   ***


2
[1] Paul McCartney: ¡Oh, mira a toda
esa gente...
que está sola¡

 Yo sé muy bien que entonces
inundará mi rostro
el vendaval errático que sufre tu agonía,
que regaré la calle con la lluvia ligera
que empieza a concentrarse entre los adoquines
y rodea las almas quietas de las farolas,
que escribiré canciones al amor
y a la muerte
porque tienen el mismo misterio que la voz
que se mira en el nombre que muere en tus ojos,
caminaré sin sombra entre los soportales
que acojan solitarios
amantes que conversan
sobre el busto de barro de una enfermera enferma
que escribe en sus pupilas
los pétalos de plástico
de la vía desierta que suena como un bajo
con las cuerdas cambiadas
que arrastra las cancelas y cobra algún calor.

Te diré que te quiero;
nunca llegó el olvido

al corazón que aguarda y no tiene esperanza.

Las palmeras mojadas, mecidas por el viento
parecen detener la angustia del instante
de la muerte que vive más cerca de la barca
anclada de tu alma que cruza la bahía
mientras los pechos
caídos
se yerguen para siempre…
y pensaré de nuevo en Eleanor Rigby,

Ah look at all the lonely people!


[1] Paul McCartney: ¡Oh, mira a toda esa solitaria!
(1985 - Poema de la tristeza)
                 Intento centrarme en lo que siento, en lo que pienso. Extraer lo bueno que haya llegado a mí aunque no me lo hayan querido dar. Sé que hay personas que escriben para un tiempo, un espacio, unas circunstancias concretas y quienes lo hacemos buscando un ideal, aunque esté impregnado de realismo, que refleje algo que sea representativo siempre aunque, por ello mismo, corra el riesgo de no serlo nunca. Creo que tengo muchas razones para disfrutar cuando escribo, sé que puedo tomar varios caminos y encuentro en todos ellos razones que me hagan pensar que es el mío. Pero nada de ello es tan importante como tú. En ti encuentro esa fuerza que me hace afrontar el reto de buscar un verso luminoso entre las sombras cuando pienso que el poema está perdido. Me gustaría quererte menos y amarte más, pienso que no te desearía tanto pero sería como si me volviera a enamorar de nuevo cada día, quizás sufriría más pero sería por amor. Que quisieras morir por mí no tendría apenas importancia, me has demostrado siempre que lo harías aunque no fuera necesario, pero  ya no  puedo soportar que te lleves cada noche mi sonrisa. No es culpa mía que tenga estas ansias de vivir desesperadas.

(Conversaciones con Laura . 8 de abril de 2019)]


***

[1] Paul McCartney: ¡Oh, mira a toda
esa gente...
que está sola¡


 Yo sé bien que esta noche
desangelada y fría
me llevará a la sombra
de la calle que llueve
y toma por sorpresa algún coche extraviado
entre los focos blancos de una eterna sonrisa
que se quedó en mis labios un 30 de febrero
mientras hurgo en tu aurora,
 en la senda grisácea de los viejos retratos
en la caricia ausente
que pueda acompañarme,
que sabe quién no soy, quién vive con mi pelo
y despierta en la mano que no quiere abrigarme,
que ya no me conoce.
***   ***   ***

Yo sé muy bien que entonces
inundará mi rostro
el vendaval errático que sufre tu agonía,
que regaré la calle con la lluvia ligera
que empieza a concentrarse entre los adoquines
y rodea las almas quietas de las farolas,
que escribiré canciones al amor
y a la muerte
porque tienen el mismo misterio que la voz
que se mira en el nombre que muere en tus ojos,
caminaré sin sombra entre los soportales
que acojan solitarios
amantes que conversan
sobre el busto de barro de una enfermera enferma
que escribe en sus pupilas
los pétalos de plástico
de la vía desierta que suena como un bajo
con las cuerdas cambiadas
que arrastra las cancelas y cobra algún calor.

Te diré que te quiero;
nunca llegó el olvido

al corazón que aguarda y no tiene esperanza.

Las palmeras mojadas, mecidas por el viento
parecen detener la angustia del instante
de la muerte que vive más cerca de la barca
anclada de tu alma que cruza la bahía
mientras los pechos
caídos
se yerguen para siempre…

y pensaré de nuevo en Eleanor Rigby,

Ah look at all the lonely people!


[1] Paul McCartney: ¡Oh, mira a toda esa solitaria!
(1985 - Poema de la tristeza)
Intento centrarme en lo que siento, en lo que pienso. Extraer lo bueno que haya llegado a mí aunque no me lo hayan querido dar. Sé que hay personas que escriben para un tiempo, un espacio, unas circunstancias concretas y quienes lo hacemos buscando un ideal, aunque esté impregnado de realismo, que refleje algo que sea representativo siempre aunque, por ello mismo, corra el riesgo de no serlo nunca. Creo que tengo muchas razones para disfrutar cuando escribo, sé que puedo tomar varios caminos y encuentro en todos ellos razones que me hagan pensar que es el mío. Pero nada de ello es tan importante como tú. En ti encuentro esa fuerza que me hace afrontar el reto de buscar un verso luminoso entre las sombras cuando pienso que el poema está perdido. Me gustaría quererte menos y amarte más, pienso que no te desearía tanto pero sería como si me volviera a enamorar de nuevo cada día, quizás sufriría más pero sería por amor. Que quisieras morir por mí no tendría apenas importancia, me has demostrado siempre que lo harías aunque no fuera necesario, pero  ya no  puedo soportar que te lleves cada noche mi sonrisa. No es culpa mía que tenga estas ansias de vivir desesperadas.

(Conversaciones con Laura . 8 de abril de 2019)]


Versión Aires

[1] Paul McCartney: ¡Oh, mira a toda
esa gente
que está sola¡
   

                   
                                                                                                                                                                                                                   
                                                                                                                                                                                                                   
           Yo sé bien que esta noche
desangelada y fría
me llevará a la sombra de la calle que llueve
y toma por sorpresa algún coche extraviado
entre los focos blancos de una eterna promesa
mientras busco en la senda de los viejos retratos
una mirada tuya que pueda acompañarme
que sabe quien no soy y ya no me conoce.

Yo sé muy bien que entonces inundará mi rostro
el vendaval errático que sufre tu agonía
y cruzaré la calle con la lluvia ligera
que empiece a concentrarse sobre los adoquines
a rodear las almas quietas de las farolas,
y escribiré canciones al amor y a la muerte
porque tienen la misma voz
cuando se miran en tus ojos,
caminaré sin sombra entre los soportales
que acojan solitarios amantes que conversen
sobre los adoquines que escriben en sus costillas
y la vía desierta que cobrará algún calor.

Te diré que te quiero; nunca llegó el olvido
al corazón que espera y no tiene esperanza.

Las palmeras mojadas, mecidas por el viento
parecen detener la angustia de un instante
y la muerte estará más cerca se la barca
anclada de tu alma que cruza la bahía,
y los pechos caídos se erguirán para siempre

y pensaré de nuevo en Eleanor Rigby,

Ah look at all the lonely people!


[1] Paul McCartney: ¡Oh, mira a toda esa solitaria!
(1985 - Poema de la tristeza)
Intento centrarme en lo que siento, en lo que pienso. Extraer lo bueno que haya llegado a mí aunque no me lo hayan querido dar. Sé que hay personas que escriben para un tiempo, un espacio, unas circunstancias concretas y quienes lo hacemos buscando un ideal, aunque esté impregnado de realismo, que refleje algo que sea representativo siempre aunque, por ello mismo, corra el riesgo de no serlo nunca. Creo que tengo muchas razones para disfrutar cuando escribo, sé que puedo tomar varios caminos y encuentro en todos ellos razones que me hagan pensar que es el mío. Pero nada de ello es tan importante como tú. En ti encuentro esa fuerza que me hace afrontar el reto de buscar un verso luminoso entre las sombras cuando pienso que el poema está perdido. Me gustaría quererte menos y amarte más, pienso que no te desearía tanto pero sería como si me volviera a enamorar de nuevo cada día, quizás sufriría más pero sería por amor. Que quisieras morir por mí no tendría apenas importancia, me has demostrado siempre que lo harías aunque no fuera necesario, pero  ya no  puedo soportar que te lleves cada noche mi sonrisa. No es culpa mía que tenga estas ansias de vivir desesperadas.

(Conversaciones con Laura . 8 de abril de 2019)]


Última edición por F. Enrique el Vie Mayo 17, 2019 9:51 am, editado 4 veces







No hay comentarios:

Publicar un comentario

Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.