sábado, 25 de mayo de 2019

Nocturno en la escollera 19 de mayo

Cuando persigues el éxtasis sin sabera las razones, debes asumir que ( con toda probabilidad) vas a enfrentarte con el tormento. Es como morir sin estar viviendo, pero al final verás la luz cuando te quedes sin el oscuro ramo que mece en los acasos la esperanza.


(Conversaciones con Laura - 16 de mayo de 2019




Anochece en mi rostro cuando pasa la muchacha 
de ayer 
que apenas sonreía, 
que enviaba pétalos a los claveles del mañana 
enclavado en una estatua que guarda una sonrisa 
a pesar de los fusiles y las cadenas 
que no pueden llevarse el altar de los santos descreídos. 

Y en las esquinas 
me habla la muerte en una lengua que no entiendo, 
unos barcos de guerra
que hunden la soledad de las banderas rojas y amarillas
en la cumbre del fracaso de estos tiempos consumidos, 
el vacío de las redes pretenciosas 
cuando vuelvo a la calle
 adonde no pueden llegar las ondas 
que lloran en el Tobogán de la FM 
de Juan Carlos Narváez que no ha perdido lo pasado 
y sigue en su escotilla de Campanilla disfrazado
de los semáforos 
que cambian el rumbo de los motores desenfrenados, 
el sexo de las mariposas que se perdieron en la luna de tu espejo.


Nocturno en la escollera - Take 3 - (26 de mayo de 2019)

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Cuando persigues el éxtasis sin sabera las razones, debes asumir que ( con toda probabilidad) vas a enfrentarte con el tormento. Es como morir sin estar viviendo, pero al final verás la luz cuando te quedes sin el oscuro ramo que mece en los acasos la esperanza.


(Conversaciones con Laura - 16 de mayo de 2019




Anochece en mi rostro cuando pasa la muchacha 
de ayer 
que apenas sonreía, 
que enviaba pétalos a los claveles del mañana 
enclavado en una estatua que guarda una sonrisa 
a pesar de los fusiles y las cadenas 
que no pueden llevarse el altar de los santos descreídos. 

Y en las esquinas 
me habla la muerte en una lengua que no entiendo, 
unos barcos de guerra
que hunden la soledad de las banderas rojas y amarillas
en la cumbre del fracaso de estos tiempos consumidos, 
el vacío de las redes pretenciosas 
cuando vuelvo a la calle
 adonde no pueden llegar las ondas 
que lloran en el Tobogán de la FM 
de Juan Carlos Narváez que no ha perdido lo pasado 
y sigue en su escotilla de Campanilla disfrazado
de los semáforos 
que cambian el rumbo de los motores desenfrenados, 
el sexo de las mariposas que se perdieron en la luna de tu espejo.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.