domingo, 12 de mayo de 2019

Vuela la mariposa

Le onde del mare, al tramonto, sembrano portare a riva ricordi e colori di un tempo passato. La felicità può durare un attimo eppure essere conservata in eterno, quando ormai è solo un tenero ricordo che spreme lacrime dal cuore." (da "Orchidea" di Alessandro Maiucchi)


"Perdí mi camino , 
me olvidé de decir tu nombre. 
El corazón desnudo latía contra el mundo , 
y fluyeron las lágrimas por mi perdida victoria.
 

Vuela la mariposa en la voz de las flores
y esculpe la palabra
que no vuelve al balcón de una promesa viva,
al requiebro sentido del amante angustiado
que no sabe nombrar de su tierra los montes,
por sus venas no corre la herida de sus campos, 
su río se le escapa mudo entre las piedras
y no llega a su mar
pero hunde en sus nubes 
la lágrima asustada de una lúgubre fiesta,
la dibuja en tu rostro con un vidrio candente,
la guarda en el rincón donde lloran los álamos,
donde callan los veneros de la risa
y los niños masacran los juegos de la infancia.


He roto los espejos que rezan al pasado
en la alcoba que tiembla en el aire dolido 
que muerde la perdida remembranza,
y el canto de tus manos,
que busca en tu desierto la multitud abierta,
la sed de la garganta
que hiere las caricias y arrastra los vestigios
de la cadena hueca que forjaron tus labios.

La cortina rendida en los escaparates
suspira en tu mirada
con un verso extraviado que sufre los agravios
del pensamiento lógico que perdió la razón
y siente tu latido en la espesura
cuando llega la herida más larga de tu ausencia
a los pétalos negros de mi bosque añorado.

***

He roto los espejos que rezan al pasado
en la alcoba que tiembla en el aire dolido 
que muerde la querida remembranza
y el canto de tus manos,
que busca en tu desierto la multitud que espera
la sed de la garganta
que hiere las caricias y arrastra los vestigios
de la cadena hueca que forjaron tus labios.

La cortina rendida en los escaparates
suspira en tu mirada
con un verso extraviado que sufre los agravios
del pensamiento lógico que perdió la razón
y siente tu latido en la espesura
cuando llega la herida más larga de tu ausencia
a los pétalos negros de mi bosque asustado.

He roto la añoranza de un mundo malogrado
que no quiso quererme ni que yo lo quisiera;
ya no soy quien escribe su proclama en el viento.

***


Vuela la mariposa en la faz de las flores
y esculpe la palabra
que no vuelve al balcón de una promesa viva,

al requiebro sentido del amante angustiado
que no sabe nombrar de su tierra los montes,
por sus venas no corre la herida de sus campos, 
se le escapan sus ríos mudos entre las piedras
y no llegan al mar
pero hunden en sus nubes 
la lágrima asustada de una lúgubre fiesta.

El tren de los deseos que perdiste sonriendo
la fija en tu mejilla con un vidrio candente,
la guarda en el rincón donde lloran los álamos,
donde calla el venero de la risa
y los niños crecidos que lloran en la playa
desentierran los juegos, el candor y la vida.

***


Vuela la mariposa en la faz de las flores
y esculpe la palabra
que no vuelve al balcón de una promesa viva,
al requiebro sentido del amante angustiado
que no sabe nombrar de su tierra los montes,
por sus venas no corre la herida de sus campos, 
se le escapan sus ríos mudos entre las piedras
y no llegan al mar
pero hunden en sus nubes 
la lágrima asustada de una lúgubre fiesta.

Los trenes del deseo que perdiste sonriendo
dejan en tus mejillas con un vidrio candente
las llagas del rincón donde sufren los álamos,
donde calla el venero de la risa
y los niños crecidos que lloran en la playa
desentierran los juegos, el candor y la vida
mientras pasa el amor y la esperanza tiembla.   

***


Vuela la mariposa en la faz de las flores
y esculpe la palabra
que no vuelve al balcón de una promesa viva,
al requiebro sentido del amante angustiado
que no sabe nombrar de su tierra los montes,
no corre por sus venas la herida de sus campos, 
se le escapan sus ríos mudos entre las piedras
y no unen la orilla, no llegan a la mar
pero hunden sus nubes 
en la asustada lágrima de una lúgubre fiesta.

Los trenes del deseo que perdiste sonriendo
dejan en tus mejillas con un vidrio candente
las llagas del rincón donde sufren los álamos,
donde calla el venero de la risa
y los niños crecidos que lloran en la playa
desentierran los juegos, el candor y la vida
mientras pasa el amor y la esperanza tiembla.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.