Yo sé bien que esta
noche
desangelada y fría
me llevará a la sombra
de la calle que pasa
que tome por sorpresa algún coche extraviado
entre los focos blancos de una eterna promesa
mientras busco en la senda de los viejos
retratos
una mirada tuya que
pueda acompañarme.
Yo sé muy bien que
entonces inundará mi rostro
el vendaval errático que
sufre tu agonía
y cruzaré la calle con
la lluvia ligera
que empiece a
concentrarse sobre los adoquines
a rodear las almas quietas de las farolas,
y escribiré canciones del amor y la muerte,
caminaré sin sombra entre los soportales
que acojan solitarios amantes
que conversen
y la vía desierta cobrará
algún calor.
Te diré que te quiero, nunca llegó el olvido
al corazón que espera tenerte en la alborada.
Las palmeras mojadas, mecidas por el viento
parecen detener la esperanza un instante
anclada de tu alma que
cruza la bahía,
y los pechos caídos se
erguirán para siempre
y pensaré de nuevo en
Eleanor Rigby,
Ah look at all the lonely people![1]
[1]
Paul McCartney: ¡Oh, mira a toda esa gente sola!
y la muerte estará más cerca se la barca
Yo sé bien que esta noche
desangelada y fría
me llevará a la sombra de la calle que llueve
y toma por sorpresa algún coche extraviado
entre los focos blancos de una eterna promesa
mientras busco en la senda de los viejos retratos
una mirada tuya que pueda acompañarme
y ya no me conoce.
y ya no me conoce.
Yo sé muy bien que entonces inundará mi rostro
el vendaval errático que sufre tu agonía
y cruzaré la calle con la lluvia ligera
que empiece a concentrarse sobre los adoquines
a rodear las almas quietas de las farolas,
y escribiré canciones del amor y la muerte,
caminaré sin sombra entre los soportales
que acojan solitarios amantes que conversen
sobre los adoquines que escriben en sus costillas
sobre los adoquines que escriben en sus costillas
y la vía desierta que cobrará algún calor.
Te diré que te quiero, nunca llegó el olvido
al corazón que espera y no tiene esperanza.
Las palmeras mojadas, mecidas por el viento
parecen detener la angustia de un instante
anclada de tu alma que cruza la bahía,
y los pechos caídos se erguirán para siempre
y pensaré de nuevo en Eleanor Rigby,
Ah look at all the lonely people![1]
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.