Es muy probable que la tristeza lleve a la inseguridad y al miedo, que muchas veces poco hay más devastador que querer saber con una cierta precisión lo que estamos sintiendo en un momento determinado, y los hombres lloramos y, sin embargo, encontramos motivos para pensar que las cosas podrían haber ido peor. Es evidente, Laura, que llevaré la razón en algunas cosas y en otras no, ¿hasta qué punto puede eso tener importancia? Era un trance que había que pasar y era aconsejable vivirlo, en esos momentos todos decimos cosas distintas y más profundas, todos pensamos en el sentido de la vida, deseamos creer en la eternidad y nos aferramos a lo que hubo de ella en un recuerdo.
*** *** ***
Estoy mucho más cerca de Marilyn que de Pavese, Pilar. Ahora mismo no recuerdo ni una sola vez que haya dejado de salir a la calle por estar escribiendo un poema, la razón de ello la desconozco. Siendo diestro cerrado se me ha hecho sentir como si fuera zurdo. He escrito varios poemas de Marilyn con una diferencia temporal considerable, es como volver a lo mismo con una perspectiva diferente. En este tipo de cosas se juega con un margen de error amplísimo. Creo que el desencanto y la introspección, la angustia por no encontrar sentido a la vida de aquellos poetas anónimos de los 50 posibilitaron la gran poesía estadounidense de una década después.
(Cartas sueltas - A Pilar - 1 de mayo de 2019)
Vives en el recuerdo, dorada luz de amor,
en otro tiempo vivías y escuchamos a los ángeles
gritar tu melodía,
y brillaba tu juventud, perdida entre los muertos.
Hoy la vida es triste pues me falta la mirada
del ruiseñor que resiste entre las sombras
de nuestro resplandor altivo
y como un niño que aún no sabe
hablar digo tu nombre, Diotima querida.
(Friedrich Hölderlin - F.E. León)
en otro tiempo vivías y escuchamos a los ángeles
gritar tu melodía,
y brillaba tu juventud, perdida entre los muertos.
Hoy la vida es triste pues me falta la mirada
del ruiseñor que resiste entre las sombras
de nuestro resplandor altivo
y como un niño que aún no sabe
hablar digo tu nombre, Diotima querida.
(Friedrich Hölderlin - F.E. León)
1
Sigo donde estaba después de atravesar
la encrucijada
densa y plomiza de la tarde
que no habla, nunca espera
y cierra su cortina frágil de luz en el ocaso,
después de agrietar las linternas cansadas
de la niebla nocturna
en los mares perseguidos
que resisten en mi alcoba,
que naufragan en los mitos de la infancia,
que nunca besaron el puerto de mis dudas,
la lengua de mis remordimientos
cuando penetraba en el delirio verde
de unos soles añorados, en las pupilas
de una esperanza ansiosa
que relincha en silencio de una lidia
marchita que respira en un vívido recuerdo,
en los hospitales de los rostros y la calma.
Sigo donde estaba después de atravesar
la encrucijada
densa y plomiza de la tarde
que no habla, nunca espera
y cierra su cortina frágil de luz en el ocaso,
después de agrietar las linternas cansadas
de la niebla nocturna
en los mares perseguidos
que resisten en mi alcoba,
que naufragan en los mitos de la infancia,
que nunca besaron el puerto de mis dudas,
la lengua de mis remordimientos
cuando penetraba en el delirio verde
de unos soles añorados, en las pupilas
de una esperanza ansiosa
que relincha en silencio de una lidia
marchita que respira en un vívido recuerdo,
en los hospitales de los rostros y la calma.
1
Cartas para rezar
Somos dos almas sueltas por distintos caminos
que han olvidado encontrarse
que ya no se conocen.
(Peter Pan - julio de 1974)
que han olvidado encontrarse
que ya no se conocen.
(Peter Pan - julio de 1974)
Cartas para rezar, rogar y enternecernos
con la palabra humilde
perdida en una estrella,
¡oh libertad sin luz, de amor tibio y ausente
que reposa en el cuarto del niño que velamos!
No vino la verdad. El coraje, la fuerza
recorren la locura
de amor que no vivimos,
los versos que abrigamos con una hoja inerte.
Somos almas sin fecha danzando en los estanques
que no quieren dejar huella de nuestro signo
ni levantar sospecha de nuestras esperanzas
en espejos que hieren los surcos de una herida,
en cristales fingidos que traspasan las venas
de voces que no hablan,
y seguimos jugando sin decir quiénes somos,
sin querer arriesgar a perder lo perdido
en la larga partida sin mano con la muerte.
2
Siempre arrastré las llagas de tu culpa
y lloré por las cartas que no quise leer,
por las llamadas
que no quise escuchar
mientras me acorralaba tu presencia y tu vestido
en una sala oscura que nunca frecuentaste
y me miraba como si fuera un hijo de las sombras,
lloré por el rechazo
que ahondaba en mis venas
de todo lo que me llegaba de ti en esos días.
Siempre arrastré las llagas de tu culpa
y lloré por las cartas que no quise leer,
por las llamadas
que no quise escuchar
mientras me acorralaba tu presencia y tu vestido
en una sala oscura que nunca frecuentaste
y me miraba como si fuera un hijo de las sombras,
lloré por el rechazo
que ahondaba en mis venas
de todo lo que me llegaba de ti en esos días.
3
Regresé de la muerte para hablarle a la soledad
y sentir en su desierto
el miedo y el aullido de los profetas olvidados.
Las islas emergían
entre los edificios derruidos
de una ciudad antigua que no podía acogerme
sin tus brazos, tu recuerdo, tu esperanza,
escribí palabras de amor en el corazón del puente
que no quería llevar tu nombre
y no esperaba a nadie entre la gente solitaria
que duerme donde la calle no encuentra otro camino,
sufrí en los lugares que tuvieron nuestra risa,
en el desapego que sentiste
por tu propia imagen en mi desvelo,
por las ideas que ya no cultivabas en el jardín
erigido por las ramas de mi fragilidad y mis temblores,
por la memoria de la niña que jugaba
entre mis notas y el olvido,
que ya no conoce
el rumor de las hojas y los veneros,
ya no mira el interior de la colina,
no se entrega a la mar
no pliega la vela del rencor y no vuelve a tu rostro.
*** *** ***
Dejé la bebida y las mujeres en 1969. Fueron los peores 20 minutos de mi vida.
(George Best - Su reacción ante el descarado y sonrojante playback de Ana; es para matarla... a polvos, aunque sé que moriría de sed teniendo los cántaros tan a mano. Los polvos por escrito no llegan; se convierten en polvo por el camino (Recordando una cita de Kafka)) Creía que era bueno en la cama y me demostraste que era un prodigio en el sofá.
(Conversaciones con Laura - mayo 2019)
Supongo que estoy alcanzando la madurez como artista, pero nunca se sabe si puedes retroceder. Estoy en una isla, sé que nunca podré sacar nada de todo esto y empieza a no importarme, sé que escribo poemas en los que intento reflejar sentimientos verdaderos, sensaciones perdurables. No sé lo que me empuja, si me agrada o no que me digan que soy poeta; cualquiera dice que lo es. Tengo que pensar que, quizás, nunca tenga alguna paz para poder dar forma a mis sentimientos, no es fácil sintetizar situaciones complejas, me gustaría tanto que mi redención llegara a través de ti y no a través de la poesía.
Pero es posible que nunca vuelvas, que no quieras volver y que yo sienta durante siglos la soledad de ser diferente y de tenerte aunque no seas mía. Ya no quiero hacerte daño, miro mi realidad, desde la subjetividad inevitable, para escribir. Tengo la tortura de que se me abren muchos caminos en el mismo momento y sé que, para cada uno, debo elegir uno solo aunque sea por intuición o por azar. Quizás insista en esto porque es mi destino, que quepa la posibilidad de que yo no lo haya elegido, nunca habría pensado que escribir fuera tan duro, pienso en los puertos, en lo que queda de etapa, en el sol que descarga toda su ira sobre el asfalto; me gustaría entregarte un ramo de flores que certificara mi derrota en estos días difíciles, que mi padre me explicara con detalles la muerte de su pequeño primo. Cuando me lo contó se me vino a la mente un compañero de clase del padre de Maccanti cuyo sudario fue cubierto con helechos, también pensé en la gitanilla de ojos verdes que murió unos días después de que la atropellara un coche. Supongo que todo esto se me refleja en los ojos como un velo oscuro que no me puedo quitar porque sé que no marchan bien las cosas, pero no porque me sienta culpable, solo he sido malo contigo, teniendo en cuenta lo que se me ha dado no he sido un mal hijo, las pocas veces que he ido a la casa de la Almadraba era un cilicio, es verdad que más duro cuando lo presentía, que una vez allí se me hacía más llevadero aunque irme era una liberación.
Sé que nadie me puede ayudar más que tú como hombre y como poeta, sé que no puedo exigirte que lo hagas. Estoy escribiéndote, intentando a través de ello crear un vínculo, no tengo una idea constante sobre nada, solo te digo lo que voy sintiendo, como veo las cosas ahora mismo. Tú tienes una visión sólida de tu interior, tu sabes quién eres y lo que buscas, puede que yo no sea uno, pero te aseguro que todos aquellos que viven en mí quieren estar solo contigo.
(George Best - Su reacción ante el descarado y sonrojante playback de Ana; es para matarla... a polvos, aunque sé que moriría de sed teniendo los cántaros tan a mano. Los polvos por escrito no llegan; se convierten en polvo por el camino (Recordando una cita de Kafka)) Creía que era bueno en la cama y me demostraste que era un prodigio en el sofá.
(Conversaciones con Laura - mayo 2019)
Supongo que estoy alcanzando la madurez como artista, pero nunca se sabe si puedes retroceder. Estoy en una isla, sé que nunca podré sacar nada de todo esto y empieza a no importarme, sé que escribo poemas en los que intento reflejar sentimientos verdaderos, sensaciones perdurables. No sé lo que me empuja, si me agrada o no que me digan que soy poeta; cualquiera dice que lo es. Tengo que pensar que, quizás, nunca tenga alguna paz para poder dar forma a mis sentimientos, no es fácil sintetizar situaciones complejas, me gustaría tanto que mi redención llegara a través de ti y no a través de la poesía.
Pero es posible que nunca vuelvas, que no quieras volver y que yo sienta durante siglos la soledad de ser diferente y de tenerte aunque no seas mía. Ya no quiero hacerte daño, miro mi realidad, desde la subjetividad inevitable, para escribir. Tengo la tortura de que se me abren muchos caminos en el mismo momento y sé que, para cada uno, debo elegir uno solo aunque sea por intuición o por azar. Quizás insista en esto porque es mi destino, que quepa la posibilidad de que yo no lo haya elegido, nunca habría pensado que escribir fuera tan duro, pienso en los puertos, en lo que queda de etapa, en el sol que descarga toda su ira sobre el asfalto; me gustaría entregarte un ramo de flores que certificara mi derrota en estos días difíciles, que mi padre me explicara con detalles la muerte de su pequeño primo. Cuando me lo contó se me vino a la mente un compañero de clase del padre de Maccanti cuyo sudario fue cubierto con helechos, también pensé en la gitanilla de ojos verdes que murió unos días después de que la atropellara un coche. Supongo que todo esto se me refleja en los ojos como un velo oscuro que no me puedo quitar porque sé que no marchan bien las cosas, pero no porque me sienta culpable, solo he sido malo contigo, teniendo en cuenta lo que se me ha dado no he sido un mal hijo, las pocas veces que he ido a la casa de la Almadraba era un cilicio, es verdad que más duro cuando lo presentía, que una vez allí se me hacía más llevadero aunque irme era una liberación.
Sé que nadie me puede ayudar más que tú como hombre y como poeta, sé que no puedo exigirte que lo hagas. Estoy escribiéndote, intentando a través de ello crear un vínculo, no tengo una idea constante sobre nada, solo te digo lo que voy sintiendo, como veo las cosas ahora mismo. Tú tienes una visión sólida de tu interior, tu sabes quién eres y lo que buscas, puede que yo no sea uno, pero te aseguro que todos aquellos que viven en mí quieren estar solo contigo.
(Conversaciones con Laura - 13 de abril de 2019)
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.