sábado, 28 de enero de 2017

Marilyn Monroe; el fulgor de un tormento.

         

       Marilyn será siempre una rubia sensual y atractiva, poco menos que estúpida, sin que, casi nadie, se pase por sus escritos que testimonian una sensibilidad especial para la poesía y las anotaciones, sin que se eche cuenta a su compulsión por la lectura para superar las carencias culturales de su niñez que no fue una fábula de fuentes, para estar a la altura de sus amigos del teatro del Método, y una tendencia obsesiva con el sentido de la vida que la llevó a reflexiones profundas e intrincadas sobre la soledad y la muerte.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.