lunes, 2 de enero de 2017

Brel - Fils de...





Un coin de vague,
une fleur qui tremble,
un oiseau mort
qui leur ressemble[i].

Decir que una canción de Jacques Brel es emotiva, añadir que la interpreta en directo con la desesperación y la ternura de un profeta herido o un hombre enamorado[ii], o que recurre a la niñez como a un lugar que nunca deberíamos dejar atrás o un sueño del que no tendríamos que despertar para creer en la vida, es como no decir nada, probablemente estemos en un momento en el que descansamos de todos aquellos versos que nos mostraban su fragilidad, en el que no tenemos ningún interés en reconocer su valentía ni, por no saber de él, advertimos sus múltiples y llamativos errores, esos que brotaban por la mala costumbre de llevar el corazón muy por delante de la cabeza.

       Fils d.. es una de esas canciones que se deslizan en la zona tibia de su repertorio, aquellos que vamos un poquito más allá de "J'arrive" hemos aprendido a quererla y a quedarnos prendados de la sensibilidad a flor de piel de algunos de sus versos[iii], y la convicción anímica de su autor mientras los desgranaba haciéndonos pensar, erróneamente, que nunca más hollaría esas cumbres.

Yo no sé lo que significa el título, tampoco creo que tenga mayor importancia, estudié algo de francés para poderme dar la licencia de no entender algunas canciones y actuar como si las hubiera entendido. Como, en cierta forma, dije en el párrafo anterior, la niñez, junto al amor, la muerte, la denuncia de las buenas y de las malas costumbres, y la variable identidad del hombre libre cuando ya solo puede perder unas alas quebradas, fue un tema recurrente para Brel, así de repente se me vienen a la cabeza otras dos monumentos  que se levantan sobre su recuerdo; L'enfance y Mon enfance.

       Terminaría diciendo que alguna vez me pareció entender que decía algo así; "Por mucho que hayas sido un niño tierno, si actúas como si lo hubieras olvidado has acabado convirtiéndote en un hijo de…

                                                        21 de noviembre de 2014.

      Creo que es un documento único para las almas sensibles, Brel en su elemento preferido, su interpretación es bastante sofisticada, histriónica y convincente, la ensayaba con la paciencia del orfebre, con la fe del iluminado, para convertirla en natural como si fuera la inspiración de un momento, cantando en directo sin red como lo hizo siempre, de tal forma amaba las alturas que prefería morir en ellas antes que vivir en el suelo. A la altura de la apasionada "Amsterdam" o la corrosiva y sarcástica "Les bonbons 67" donde refleja proféticamente y con cruda ironía la avenida de la juventud que engrosaría las protestas de Mayo del 68. Muchos de aquellos jóvenes dejaron de pedir incluso lo posible y necesario cuando llegaron a adultos mientras defendían los privilegios de los acomodados.

6 de noviembre de 2017. 





[i] Un rincón de ola, / una flor que tiembla, / un pájaro muerto / que se les parece.
[ii] En la Chanson no abunda el optimismo cuando se trata de definir la alegre melancolía de estar enamorado.
[iii] Me hiciste pensar / que ni siquiera tu amor era eterno. / Ahora sufres y te preguntas / qué fue de aquella mirada, / en qué instante murió tu postrera sonrisa / qué viento se llevó las hojas del diario / donde decías que me amabas. (Brel en la Escuela de Comercio) 

3 comentarios:

  1. ¡Jacques Brel !...¡Ah, cómo se me alborota el alma!.

    Todas sus canciones son maravillosas.
    Gracias.

    Un abrazo

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    1. Llevaba cierto tiempo, Fanny, sin acercarme a Brel, después resulta que me di cuenta que un día tomé la decisión de escucharle y sus canciones pertenecen a la sintonía de mi vida. Podría haber elegido a otro que le diera menos importancia a lo que decía, pero parecía como si siempre se jugara la vida. Yo, que me crié cuando se creía que todas las buenas canciones se escribían en inglés, hice proselitismo entre los amigos y conocidos y aún sabiendo que hacía mal, eso me dijeron cuando la señorita Sinde se enamoró de la cultura, les pasaba grabaciones de contrabando con notas explicativas que, por supuesto, no leyó nadie. Desperté con cara de tonto dándome cuenta que existía la música más allá del rock y que había otros idiomas para cantarla. Jacques Brel lo hacía con el corazón

      Un abrazo.

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  2. Hubiera querido escribir una poesía que asustara a las monjitas e hiciera entornar los ojos a la nutrida tropa nerudiana. Pero Brel no es así, nos recuerda que las espinas suelen tener rosas, el dramatismo inherente a una declaración de amor, la reminiscencia de muerte de cada palabra que se pronuncia como si fuera la última teniendo como escenario un crepúsculo. A pesar de todo enamorarse es maravilloso.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.