martes, 10 de enero de 2023

Patti Smith - Gloria in excelsis Deo

Jesús murió por los pecados de los otros.
No por los míos.
(Patti Smith) 

 


 Quizás debamos, Era, agradecer que pertenezcamos a un tiempo en el que las noticias llegan con una celeridad asombrosa y en el que la música vino a traernos la poesía que quizás no encontró un sitio en su forma convencional, al menos no en la medida de la narrativa.

 
Así es como
vagamos por el campo helado
descalzos y con las manos vacías
apenas humanos.
Sorteando un desierto
que aún no conocemos;
aquí es donde el tiempo se detiene
y no tenemos adónde ir.
(Patti Smith)

El país que, con sus muchas miserias también, marca la pauta en las manifestaciones culturales busca los laureles en una sociedad a la que no le gusta mirar al pasado, según decía Jim Morrison mientras se perdía por las calles de Paris y frecuentaba hoteles donde las ventanas empañaban poemas sin escribir y en sus cristales acumulaban el olor de los blancos pétalos marchitos.
 
El muchacho que amaba a Miguel Ángel (A Robert Mappelthorpe)

El muchacho que amaba a Miguel Ángel
decían tenía el rostro de un Dios
otros veían un demonio con sandalias de esparto
y un zarcillo de vid enredado en los rizos
venas fluían por su brazos de mármol que cantaban
esculpiendo montañas como niebla cubriendo
una grieta en el corazón y la áurea honda
creaba de una manera que ni soñamos
cuchilla que raspa el dorso del deseo
músculo expuesto de un amor no cosechado
somos el búfalo una raza moribunda
remolcados en carros huesos augustos
vergüenza un éxtasis que nadie puede poseer
esclavos abrazados mientras clama la sapiencia
volúmenes de nada escritos en piedra

(Patti Smith)

Bob Dylan, Lou Reed, Paul Simon, Phil Ochs y, permíteme que incluya al canadiense Leonard Cohen y la Patti Smith que desgarraba en “Horses” y se esforzaba por liberarse del sentimiento de culpa y preguntaba a los ángeles en Radio Ethiopia son poetas con mayúsculas acordes con su tiempo y sus experiencias, con el sentimiento de singularidad asfixiante que los convierte en testigos privilegiados de un tiempo contradictorio en el que llegamos a la Luna y convertimos el territorio de los países que luchan por sacudirse el yugo de los vestigios del colonialismo en un infierno.

Sentí que llorabas en medio de un sueño
y me quedé ahí, de pie, mirándote.
Vi la luna detrás de tu oído,
unas muñecas como las mías, 
el pelo de mi madre.
(Patti Smith - El orgullo se mueve despacio)

No es nada, mamá, solo estoy sangrando, dijo Dylan. En términos absolutos puede que lo que yo he escrito sea una nadería, pero me pareció interesante y espontáneo meterme en la piel de aquel jovenzuelo genial e irreverente cuando las cosas no le iban bien porque el amor y el deseo estaban por medio y le dolía no ser un amante anónimo que esperara a su chica en una esquina y una llamarada de verdad en el viento; Porque a todas las nubes les dije que te amaba y ninguna de ellas me trajo una respuesta.


 
Diario. Domingo. 8 de abril. 1973.
Muere Picasso
Abril es el mes más cruel etc. ¿Qué queda?
Los husos de Brian Jones. El amigo Jim Morrison. La bandana
de Jimy Hendrix. El ángel de la cinta de la frente. La guirnalda de Judie.
El cuello almidonado de Baudelaire. El birrete
esculpido de Voltaire. El yelmo de los cruzados como
un templo en sí mismo. El bolso de viaje de Rimbaud. Su genuflexión
artificial. Espacio surrealista. Cerebro de pájaro de Brancusi.

(Patti Smith - Fragmento de Picasso riendo.)

Se suele pensar que la imaginación es menos importante en la poesía que en la narrativa, no lo veo tan claro. Pienso que es un deseo de protagonizar esa película que no has visto, el ansia de vivir lo que se te ha ido escapando mientras aparecían las arrugas y las canas, mientras se desteñía el miedo a morir que nos hacía temblar de niños y pensabas perdido en un error que llorarás hasta tus últimos días que el amor fuera un asunto de los otros.

Secundé a Pasternak cuando dijo que los poetas carecían de imaginación, y le di la razón porque en un primer momento, no supe de su amargura, no vislumbré el velo gris de su ironía, no comprendía que hubiera escrito una obra maestra narrando lo que había visto vertiendo en unas imágenes despiadadas la sangre de sus propios sentimientos.

11 de noviembre de 2014
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Al final Brel y yo hemos acabado en el mismo lugar, no supe encontrar ningún camino porque unos ojos verdes me cegaron y tengo que arrostrar con ello; él por una canción que hubiera querido no firmar. Yo no soy recordado, puede que lo merezca, a pesar de todo me acuerdo de Violeta dándole a la vida las gracias por hacer que ella cantara.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.