lunes, 5 de enero de 2015

Para beber la huellla de tu rostro



Para beber la huella de tu rostro 
y arrebatarle al aire su fragancia 
quise desperezarme 
del terrible marasmo de la nada. 

Entonces sueños, entonces golondrinas 
cabrían en mi voz enamorada 
y acercarían el vuelo a aquella tarde 
cuando entre tristes árboles pasabas. 

Serías tú misma el sueño y el amor, 
serías la muerte cuando me mirabas.
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2 comentarios:

  1. Me encanta el poema, ya lo había leído antes y vuelvo a leerlo si cabe con más gusto que entonces. Muy lírico y poético de principio a fin.

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    1. Quizás no deba añadir nada a lo que dices, Beatriz, tan solo darte las gracias.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.