A Leopoldo María Panero
Pobre barquilla
mía,
entre peñascos rota
(Lope de Vega)
I
Yo que lucho por
la luz,
he sido por la
luz abandonado,
y no tengo
forma,
palabra ni
silencios
hacia donde
vagaran
los barcos del
delirio;
Lope encharcaba
sus velas
por no cruzar mi
bahía.
!Oh soledad sin
faro¡
!Oh espinas¡ !Ay,
espinas¡
¡Mi corazón en tus ojos,
mi libertad en la rosa,
mis vientos en el poniente
mi barca en la deriva!
¡Mi corazón en tus ojos,
mi libertad en la rosa,
mis vientos en el poniente
mi barca en la deriva!
II
Soy un payaso
sin luz
que busca en una
esquina
el amor y la
risa,
que no encuentra
nada
y no se
conforma, no se conforma,
pero no sabe
siquiera
lo que ha hecho,
y no recuerda nada
de lo que ha
dicho y sufre;
amarillean las
hojas
en el huerto de
adoquines.
Sentado en la
arena
de la playa que gime
el grito de la sal
de los ancestros,
hablando a nadie,
defendiendo mi deriva.
III
Este circo sin
fieras;
este llorar
hacia adentro,
esta mutilación
de las virtudes,
este orto del
mar desfigurado,
este hombre que
sueña en el tejado,
este trozo de mí
que no me encuentra.
IV
Pero al fin
mentimos y lloramos;
tú hacia el
vértice de una estrella,
yo hacia la luna
de los gatos,
tú ocultando
este vacío,
yo, recordándote
en el patio.
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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.