miércoles, 7 de enero de 2015

Paseo Nocturno





Hay algo que nos aleja definitivamente de los astros,
cuando cae la tarde, amor mío,
y aparece el primer brillo de una estrella
perdida en el firmamento
cada vez más oscuro y distante porque te alejas de mí
como si estuvieras naufragando en el sueño de la vida
y los pájaros del canto
hubieran sido inundados por el silencio de una condena
que no podemos apelar en ninguna instancia conocida.

Miras el lugar en el puerto donde creíste perderme 
una noche en la que el jazz aún sonaba
 cuando los músicos se habían marchado.

He querido abrazarte como si volvieras
a salir del colegio
y yo te esperara ansioso para volver a tenerte,
no me crees cuando te digo que deseo
recuperar tus caricias, refugiarme en tu mirada,
volver a hablarte como si nunca te hubiera herido,
como si nunca hubiera querido perderte
con la desesperación de un loco encadenado.

Subimos la cuesta estrecha de los aparcamientos
esquivando las ramas, los arbustos,
entre el olor intenso de la dama de noche
que deseas plantar en la terraza
donde duerme la calma cuando llega el verano,
y la luz tibia de los bares que recogen las mesas,
 apagan las anafes, encienden los cigarros,
entonces me detengo, te cojo por los hombros y te miro
a los ojos fijamente
 para volver a decirte que te quiero
aunque me recordarás que no puedes creerme
y una amargura que conozco se detendrá en mi mirada
y el resto de la cuesta se me hará un calvario.


Publicado en Blogger el 19 de noviembre de 2011.

8 comentarios:

  1. Enrique, ya se encendió mi luz y me di cuenta que podía estar en tu blog...
    Bellas letras con las que el poeta trata de convencer a su amor para que crea en sus sentimientos, alguna vez olvidados en el pasado.
    Me encantan todas las imagenes del paseo y esa cuesta que con la duda se hará infinita.
    Me gusta mucho esta parte:
    -Miras el lugar donde creíste perderme.....
    Como siempre un placer estar en tu poesía.
    Un beso amigo.

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    1. Creo, Elda, que cada nuevo reto te deja sus propias sensaciones, es evidente que hay muchas cosas que no te diré, pero lo que te digo lo pienso así, y así lo siento. Esta línea, aparentemente la más fácil que he acometido dada la nula exigencia en la conformación de los versos, me está rompiendo los nervios, hay poemas que todavía tengo abiertos. Éste es el más agradecido de todos, apenas añadí un par de matices que creía importantes, como esa mentira que en el fondo carecía de importancia; era rebeldía primaria. En el fondo, y te lo digo con el blog en la mano, hay poca diferencia entre escribir versos y el golf, lo importante es embocar, y yo estoy un poco harto de que los poemas me hagan corbatas.

      Gracias, Elda, perdona que me haya dirigido a ti para desahogar estas quejas de carácter tan amplio, pero los amigos están para eso, hasta que te aguanten.

      Un abrazo.

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  2. Hola Enrique.Este es uno de esos poemas que me gusta leer y releer.Recuerdos,nostalgia,vivencias,música de jazz,el puerto,el amor puesto en duda,...ingredientes todos perfectos para conseguir una estampa romántica como es esta.
    Ya te he dicho que tienes un estilo muy definido y que hay veces que me parece estar leyéndome a mí mismo.Tu poesía me es muy familiar.Tal vez porque pertenecemos a una misma generación.

    Te mando un abrazo amigo.

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    1. Ya sabes, Jerónimo, lo que aprecio todo lo que me dices, a veces estás certero, otras, quizás, no tanto, pero siempre es enriquecedor e interesante lo que dices, y encantadora la forma en que lo haces. Este paseo encuentra en sus limitadas aspiraciones su gran virtud; cuanto más concentrado es el objetivo con más facilidad podemos centrarnos en él.

      Me halaga lo que me dices, Jerónimo, de intereses generacionales, pero creo que tú y yo vamos más allá de eso, nos acaba interesando todo lo que en un momento determinado mueva nuestros sentimientos, pertenezca a nuestro ámbito vital o no.

      Un abrazo y gracias.

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  3. Yo también opino que es un poema para releer, son como pasajes de una historia escrita con un lenguaje tan bello y tan suelto a la vez, un verso sigue al otro como si no pudiera ser de otra forma. Y es que lo único bueno de la tristeza son los buenos poemas que engendra.

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    1. Aquí me encuentro, Beatriz, nuevamente contigo, de una manera indirecta haces que me plantee lo que pude sentir en el momento de escribir este poema, no está entre aquellos que prefiera, pero hoy veo en él la bondad del atrevimiento, el intento de narrar tantos sentimientos encontrados a partir de un pequeño recorrido.

      Te agradezco esta presencia constante, esta atención exquisita que siempre prestas a lo que escribo.

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  4. Nuestro Francisco Enrique deja la impronta de su elegancia en una vivencia, que podríamos rememorar casi todos sus lectores. Las dudas que nos consumen de aquel primer amor asilvestrado, con el que nos iniciamos y que tenía sus interminables idas y venidas. Los celos, la pulpa para algunos del amor, y para los más, la escarcha. Un poema hecho relato, y ambos brillantísimos. Para remate la voz que te acaricia de Holiday. Podría haberlo llamado la fruta extraña.

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    1. Gracias, Sergio, por haberte detenido en esta vuelta a la nostalgia, en el recuerdo del comienzo de un gran amor, aún me tiemblan las palabras que rememoran los primeros besos, aún alumbran las farolas las calles que recorrimos, aún resisten los espigones la voracidad del mar.

      No es fácil encontrar una canción que acompañe a un poema, me tomo mi tiempo y busco analogías, similitudes temáticas, quizás no estuve afortunado aquí, pero es Billie Holiday que llevaba en la voz el sabor penetrante de la tristeza.

      Un abrazo, Sergio, me siento realmente bien cuando recibo tus comentarios.

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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.