sábado, 4 de febrero de 2023

En la floresta

Pues no sabes adónde voy, ni yo adónde huiste
fugitiva beldad
cuyo mirar me ha hecho de pronto renacer.
¿No he de volver a verte sino en la eternidad?
(Baudelaire - A una transeúnte)

 

 Sigo siendo ese río fundido con la piedra
cuando el amor me hiere y no puedo arrancarte.
(No hablaré de poesía)

 

Cuando llega la sombra a tu rostro de cera
tus manos se retraen torpes en el cuaderno
donde dejaste herida
la mirada borrosa de una lágrima
que desconcierta el ritmo de los ramajes huecos
donde van los acordes
con la sonrisa oscura y pensativa
de la alcoba sin llave que muere en la floresta
donde tiembla la niña que llora en tu recuerdo.

La libertad enhebra sin saber las razones
el velo de una herida en los espejos
con un himno que cierra la pluma de tu gracia,
con banderas perdidas que devoran el mástil,
los lienzos, los perfiles y los acantilados
del pintor miserable
vencido por los labios que abren una gacela.

El bardo que dibuja tu olvido en una sábana
esparce los fragmentos sentidos de tu angustia
en el Bosque de Brent
con la risa y el sueño que no dejaron huella
y un grito desgarrado que no tiene garganta
y penetra en la brisa amarga de los puertos
cuando vuelve el velero que nunca llegará,
que plegara las lonas que surcan el pasado
y el lazo de tu blusa que duerme en la escollera
del puente derruido,
en la caricia blanca de los parques de ayer
donde lloran los lirios que llevaron tu nombre,
y cubren los carteles
las palabras que sufren el canto de las fuentes,
la inmensidad del mar que cabe en una lágrima.

 

 

 

Imagen
    Sé, José Manuel, sin entrar en criterio cualitativos, que soy un extraterrestre, ¿Qué se puede esperar de una persona que ha sido criada por su abuelo y sus dos tíos maternos en la leyenda del deporte y resiste cuando ellos ya se han ido? De las personas que he amado en los Foros, si es posible amar a una persona que realmente no conoces, ha sido a ti a quien más he amado, perdí los papeles y no comprendí que por algo tan trivial como que le dijeras a una poeta presumida y mediocre lo que sinceramente yo pensaba de su poesía? Sé que te perdí y que quizás no vuelva a recuperarte. Pero, créeme lucharé, toda mi vida para por hacerlo, ya sabes: la cuerda cuando se rompe y se le hace un un nudo no vuelve a tener la misma fuerza (Brecht dixit? Salvando las distancias tú eres mi Léon Werth, y yo tu Saint-Exupéry. Todos sabemos que ambos eran, en el buen sentido de la palabra, buenos, aunque a Antoine le perdiera, nunca se arrepintió, yo tampoco lo habría hecho, su culto exagerado al amor de las mujeres. Pero si tengo que quedarme con alguno de ellos me quedaría contigo. Hay quien no encuentra en toda su vida a un romántico bueno y tierno.

    Ahora siento un poco de miedo ante mis propias palabras. No sé si tuve una buena idea el día en que empecé a hablarles con familiaridad a los ídolos que sin querer se convirtieron en unos especialistas del sufrimiento. Contigo la conversación es un regalo, Óscar, de tal manera expresas con cordialidad tus sentimientos.
.
 

¡y no saber a dónde vamos,
ni de dónde venimos!…
(Rubén Darío - Lo fatal (fragmento))

    Se suele decir que Marilyn solo fue feliz durante su estancia en Nueva York en 1955. Lejos de Hollywood y de las limitaciones morales de su tierra nativa, cerca de los artistas independientes y progresistas por los que sentía un sincero interés. La sesión de la que te envío el enlace fue realizada en junio de 1962, unas semanas antes de su muerte. El joven fotógrafo Bert Stern se temió lo peor cuando Marilyn apareció con un retraso considerable, pensó en sus depresiones y su carácter voluble y caprichoso que había situado en el límite de lo soportable a Billy Wilder. Pero no, Marilyn pareció regresar a 1955, y estableció con él fotógrafo una relación sin tensiones durante los dos días que duró el reportaje, se sintió tan a gusto que incluso no le importó posar de noche. La muerte de la actriz, poco después, cuando aún no se habían publicado las fotografías, hizo que Stern tomara una decisión desafortunada sobre el trabajo que había hecho; acuciado por un riguroso problema de conciencia decidió eliminarlo, por suerte se salvaron 59 instantáneas, se destruyeron más de 2500.

Interesante y profunda tu reflexión sobre la muerte.
 
 
    Habrá quien siga viendo la Marilyn de Warhol y subaste nuestro sueño como si nunca hubiera existido. Me quedo con su tristeza, con su vida rebelde cerca del tormento sin salida de Monty, y del gran Clark Gable y su mueca burlona que venía a decir que el tiempo del amor no había pasado.

 

     Gracias, Gustavo, aunque a menudo sonriera, debajo del carmín. tenía unos labios que sangraban.
 
 

    No solo no me has molestado, Alejandro, sino que me haces pensar. Se echa un poco de menos en Alaire las ansias constructivas de la Transición.

    Hace unos días me llegó la noticia de los crímenes que la niña insegura que era nuestra Democracia cometió en sus primeros años. Es cierto que algunos eran terroristas con delito de sangre, pero no podemos ponernos a la altura de ellos. Me empaña buenos recuerdos y sé qué es para siempre.
 
  
 
En estos días no sale el sol
sino tu rostro.
(Silvio Rodríguez)
 
 
    En estos días se me hace muy duro hablar contigo, Roxane, te imagino en la soledad más sola, en la impotencia, ya no va ese niño contigo de la mano. Espero que puedas atravesar indemne este desierto que ha puesto la vida entre tus pasos.
 
 
    Es simplemente una anáfora y como tal puede ser afortunada o no. Ya sabes, Alejandro, lo que es la fragilidad de nuestro esfuerzo de amateur no compensados. Te agradezco la observación. No busco, ni mucho menos, escribir una poesía perfecta, busco otros efectos, otras perspectivas.



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Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.