Te diré que te quiero;
nunca llegó el olvido
al corazón que acecha
y no tiene esperanza.
(Conversaciones con Laura - 17 de mayo)
A mi caótica y vitalista hermana Carmen a quien tanto quería y quiero. A mi cuñado favorito, Miguel, que la soporta con la iluminación de un santo estoico, lo hace por amor.
Ahora con estos años y con este silencio
y con este pesar,
no sé cómo volverme, cómo entregar las flores
que cuidó mi arrogancia, en este puerto ingrato,
lleno de indiferencia,
su cobardía ha hecho que dos buenas personas
no se quieran hablar,
que pasen, no se miren.
No se escucha el flamenco profundo del quejío
en la noche desierta sin Billie Holiday,
te esperaré en la luna, reina de la tristeza,
en el muro que para el mar, las emociones.
Cuando caigan los grajos y alienten los suspiros,
te esperaré aunque sepa que no regresarás;
como un amor sin pulso vives en el silencio
de lo que no dijiste y, acaso, no recuerdas.
1
que jugaba
bordarás un pensamiento con los destrozos de tu blusa,
y se hunde en los reflejos
de una cantante que derrama su melancolía
entre los escalones
abruptos y raídos que perdieron los laureles en el intento
de poseer
lo que se adentra en los ojos desarmados de un recuerdo sin alma
que vuelve a la sangre
de una nube sin nombre que se embriaga en su ansiedad
con la última estrofa de un poema que sufre
y te recuerda siempre,
que podría ser él mismo que recitaste
mientras yo te miraba desde el palco de una palabra perdida
que sigue cayendo
en tu alma cada vez que te llamo
con la desesperación de una estrella sin pulso que canta su amargura,
con la agonía de las farolas que se repliegan
en el olvido ruinoso al que se enfrentan los pensamientos de los muelles,
a la soledad de un verso que nunca se abrió paso entre las huellas del agua.
2
y decirte
que eres el itinerario que perdieron las flores de la esperanza,
que tus velas se despliegan indefensas ante cualquier sonrisa,
que no quieres volver
a la frialdad de un requiebro innortado
hundido en la humedad de una almohada,
que tu maleta encalló en el armario de los rieles del olvido,
y tu carmín se deshace en las fuentes ahogadas
de otra mustia melodía
cuando fluyen la penumbra y el pesar de los escombros.
Ahora eres un poema cubierto por las hojas,
una resistencia amortajada
que vaga en los andenes de los pasajes oscuros
con un llanto desesperado
porque has perdido la llama oscura de los puertos
donde aún tiemblan las llagas escondidas
cuando cae tu voz en los dominios
descontrolados y perversos de la nieve de la noche.
Aún sostengo tu acento brotando en la cadencia
profunda y transparente
del fraseo que hierve en cada quiebro afligido,
aún espero que vuelvas desde ningún lugar.
He buscado tus zapatos en el techo de los parques,
en el rincón de los rastrojos
que juntos recorrimos con el alma estremecida,
con el vestido que aún vibra en la escena que muere
tierna entre tus labios, el bolso y la linterna.
3
Vives en otro mundo
que para mí
era el más venerado de la última luz
que baña las acacias de tu huerto en la esquina.
He pisado la isla entre el Hacho y las matas,
me hundo y tengo miedo,
he cantado a los hijos lóbregos de la noche
que muere en la escollera
como si fuera un sueño interrumpido
en el swing de tu mente y tu amargura.
He atracado en los astros de los dioses que penan
en caminos de polvo que perdieron el nombre,
en templos derrumbados cubiertos de ceniza.
Ya no puede pensar en ti sin un aullido,
ya no puedo olvidar la furia de tu brisa
cuando no me comprendes,
la soledad del mundo que brota en tu mirada
cuando dejas atrás la huella de mis labios
en tu vestido rojo,
y el silencio del búho que recorre la playa
de mis caídas bruscas, de la sombra que espera
suspendida en el aire de la muerte,
en el tenue latido
de la marea tibia que al alba se recoge
en la cala doliente que tú amaste,
y no hallo mi alma, perdida en la tristeza.
4
Aún te escucho cantar en esa playa que se acerca
a tus zapatos cansados cuando la marea se alarga
y te entrega en los labios la fragancia de los muertos
que te hieren todavía.
Aún te espero
en el estrecho camino que hunden los espigones de las caricias.
en el puente de los abrazos,
en la antigua Carretera Nueva de la infancia que se corta
en la tierra de nadie
donde se derrumban los castillos en la arena.
He de esperarte porque en tus ojos
caen esas hojas que cubren la esperanza, esos pensamientos
que vuelven a la ciudad como un poema esculpido
en la frente de la esquina de los sueños
que te siguen buscando
y añaden alguna voz extraña a la memoria
que profundiza en la noche, en el fraseo que sigue en pie
hasta la muerte de la palabra
y en el calvario escabroso de tu amor.
Solo soy un poeta solitario que insiste
con una copa en la llaga,
en la verdad inmutable que se arrincona en tu rostro castigado,
en la palabra que no encuentra la cadencia en el ruido de los bares
de las arterias del terrible Poblado Marinero
del alcohol, de las putas y la cocaína,
en el clamor de la gardenia que nunca se ha perdido en el perfume de tu pelo.
5
Te busqué con tantas ansias
en el carrusel del mundo
que no siempre supe verte en el viento de una herida,
y susurré en tu oído Eleanora
para llamarte en los estrechos más delicados y trágicos.
Ahora te reclamo entre todas las flores,
siento cada memoria
penetrar en el alma del romance que nos aleja
y vuelvo a tu sonrisa cada vez que te espero
en ningún lugar soñado.
Las calles son más abiertas cuando apareces,
los edificios se vuelven hermosos cuando escribes
sus cristales en la puerta del bar que nos castiga
y el amor
es un milagro cuando te acercas y me llamas.
Te contemplo en las aceras, te hablo en escalones
del árbol solitario que te espera en las espinas
del dolor que aún siento por haber perdido
la presencia de tu queja,
te miro desde la orilla donde brotan los arbustos,
el prodigio eres del aire
que me arrastra a la vida que resiste en tu voz.
(Gonzalo Ugidos)
Meritorio e interesante el artículo el que ha escrito Gonzalo Ugidos sobre
Billie Holiday en el 60 aniversario de su muerte. Todavía, Roxane soy un
ingenuo, siento nerviosismo desde que me lo dijo mi mujer esta mañana- Sabía el
mes y el año, pero ignoraba el día. Pienso que el mundo de la cultura tiene un
sitio preferente para la cantante un día como hoy, y no, no es así, apenas
queda sitio para los sentimentales, acabamos percibiendo que el mundo de los
foros no se diferencia demasiado de ese otro, cada vez más embrutecido de la
calle del Bienestar. Frecuentamos lugares intrascendente, acudimos al ruido de
la sangre mientras no escuchamos el llanto del agua , dejamos que nombres
imprescindibles de nuestro tiempo se pierdan. La reina del fraseo, la intérprete
que transmitía hasta el último pétalo del dolor, ha sido desterrada al rincón
poco transitado de los melómanos verdaderos.
Lun, 29 Jul 2019 11:00
Es verdad, P., que hay poemas en los que no encuentras ninguna diferencia, cuando lo lees, entre el verso y la prosa, dejando a un lado valoraciones cualitativas, eso podía ocurrir entre el blues y el jazz en los brazos de una cantante heterodoxa cuya mayor virtud era probablemente haber cargado en el recuerdo de los amantes de la música piezas que parecían estar condenadas al olvido.
Hay héroes masacrados cuya mayor virtud y defecto es que no saben mentir; Billie Holiday, el 17 de julio se cumplió el 60º aniversario de su muerte, era una de ellos, hasta cuando mentía decía la verdad; metáforas, parábolas y analogías nos daban unas pistas irrefutables de su realidad. Hasta Lady Day, a veces, podía sentir vergüenza de contar las cosas tal como fueron de una forma explícita y cruda. Supo transmitir su sufrimiento en cada palabra, uno de sus logros más atrevidos era que dotaba, a través de su mítico fraseo y su compás aletargado, de profundidad a canciones de mal de amores un tanto rutinarias y hasta triviales. Por supuesto que su número se retiraba de todos los estadios cuando afrontaba sus grandes creaciones (compuso algunos de sus temas más aclamados), casi nadie se atreve volver a ellas para evitar desfavorables comparaciones.
Dom, 29 May 2022 17:02
No sé si
volveré a sentir la emoción con una canción como cuando Billie Holiday cantaba,
creo que no hay palabras que puedan definir mejor la amargura, se nos perdió en
los torbellinos de la vida, pero nos dejó un rincón en el que podemos
encontrarla. La esperé aquella noche, pero pasó de largo, ocupada como estaba
en satisfacer al hombre que la maltrataba y en entregarse al polvo blanco que
acabaría con su vida. (27 de septiembre de 2014)
Mar, 24 Ene 2023 21:25
Evito los vídeos de sus últimos años, el fraseo ya no era un recurso que dominaba, sino una necesidad, pues no llegaba a los tonos altos. Estaba reventada por fuera y por dentro. Siempre tuve debilidad por las contraltos.
Estoy seguro, Ferreiro, de que Billie Holiday llevó el estigma de su piel con una actitud militante y eso hizo que muchos la tildaran de incómoda; no solo era negra, sino que estaba orgullosa de ello. No sentí indignación, sino una profunda tristeza cuando un buen número de moros ceutíes celebraron por todo lo alto la derrota de España en el Mundial. No era el amor a la tierra de sus mayores, en realidad sienten un desprecio difuso hacia Marruecos, país que consideran atrasado, sino el odio hacia los europeos ceutíes y su religión, más nominal que otra cosa, el porcentaje de católicos practicantes es ínfimo. El país que les ha dado de comer, educación, sanidad pública y que les ha abierto una puerta a la grandeza y a las miserias de Occidente, no ha calado en el corazón de algunos. Me consta, por otra parte, que otros muchos moros ceutíes hubieran salido a la calle para celebrar una victoria de España. No descarto que entre ellos habiera algunos de los que celebraron su derrota.
Mié, 25 Ene 2023 10:16
En esta sociedad tan positivista a la hora de alcanzar la negación, la melancolía es un espectro de la indeterminación y ha quedado como un reducto de los débiles y de los poetas (no andan sobrados de fuerza, precisamente), sin que sean comprendidos, vamos a admitir que cuesta trabajo entender que alguien se sienta bien mientras lo pasa mal, o que luche hasta el final, a pesar de saber que le espera una derrota en la que no le han hecho frente, algunos llaman a esto indiferencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Debo tener en cuenta lo que me dijiste algún día y no escuchar tu silencio de ahora.